Inseguridad alimentaria

Ante los constantes cambios climáticos que se viene afrontando casi a diario en nuestro medio y en el mundo, que vienen afectando a la producción agrícola y ganadera, por los efectos de las altas precipitaciones fluviales y la sequía que se ha presentado en las diferentes regiones del país, el futuro es incierto en lo que representa la seguridad alimentaria para los habitantes del planeta, sino se toman las previsiones necesarias para afrontar estos fenómenos.

Es por ello que en los últimos días el precio de los principales alimentos de la canasta familiar se vienen incrementando, sin que haya una solución a corto, mediano y largo plazo para afrontar esta situación que en medio de la crisis económica por la que afrontan miles de bolivianos, no se puede satisfacer la demanda de una mejor alimentación precisamente por el elevado incremento en los precios.

A pesar que se ven en los mercados y centros de abastecimiento un considerable número de alimentos, la mayoría de ellos importados, los ciudadanos no pueden adquirir los mismos por cuanto los precios no son accesibles a las amas de casa que cada día se ven afectadas, sumado a ello el alto porcentaje de desocupación y bajos ingresos salariales que priva a las familias de tener una mejor alimentación.

Sin embargo casi a diario se ven en muchos medios de comunicación propaganda gubernamental de una aparente bonanza en lo que representa la producción agropecuaria y el acceso de los alimentos para los ciudadanos de a pie.

A estas alturas, cuando no hay no existe ningún programa de alerta temprana para optimizar la producción agrícola frente a los fenómenos climáticos, sería interesante contar con planes y programas que hagan realidad la seguridad alimentaria de los habitantes y más aún que los alimentos sean más accesibles a la población que se ve afectada y sin ninguna solución, para mejorar sus condiciones de vida.

Además es imperioso que los productores del campo cuenten con asitencia técnica y apoyo económico para impulsar su producción en regiones que sufren de atraso y desnuitrición, puesto que los pocos alimentos que producen sólo les sirve para comercializarlos en los centros de consumo o ciudades intermedias más proximas, descuidando incluso su alimentación en su hogar. Muchos ellos prefieren vender la leche o quesos que producen y alimentar a sus niños con té y un pedazo de pan.