La Marquesa de Solanda, esposa del mariscal Antonio José de Sucre

La Marquesa de Solanda, cuyo nombre es Mariana Carcelen y Larrea, nacida en Quito, pertenecía a la aristocracia y realeza quiteña.

Después de la batalla de Pichincha, el ejército Libertador ingresa a Quito, siendo apoteósicamente recibido, con loas y diversos homenajes de las damas de Quito, quienes agasajaron a los oficiales militares del ejército.

En esa oportunidad el general Sucre, héroe de Pichincha, conoció, y sintió esa atracción de amor por la señorita Mariana Carcelen, iniciándose un romance lleno de pasión y amor.

Cuando el general Simón Bolívar conoció a la señorita Carcelen, y supo de ese romance, llamó al general Sucre, y le sugirió no iniciar ese noviazgo, arguyó que la encontraba demasiado frívola y liviana, banal y coqueta. El general Sucre no acató y menos aceptó las sugerencias de su general Bolívar, que fueron realizadas no una, sino varias veces.

Después de su ingreso al Perú, el general Sucre decide casarse por poder con la señorita Mariana Carcelen, Marquesa de Solanda, mediante apoderados nombrados al efecto. Fue apoderado del general Sucre, el coronel Vicente Aguirre; el Arzobispo de Cuenca: Dr. Calixto Miranda otorga en el día las dispensas necesarias, para la realización del matrimonio quedando así la situación de ambos, en estado civil de casados por matrimonio.

En tanto, el general Sucre triunfaba en Ayacucho, obteniendo el bastón de Mariscal; Mariana Carcelen, casada por poder, continuaba con su exagerada vida social en Quito, con comunicaciones y misivas de amor que iban y venían de Quito al Mariscal.

Sin embargo, algo se filtró de las visitas frecuentes a la Casa Azul, así llamada la casa del Mariscal en Quito, de un militar coronel colombiano que en un tiempo fuera edecán del mariscal Sucre, el coronel Isidoro Barriga.

El coronel Barriga en sus frecuentes visitas era partícipe de las reuniones sociales y saraos, que en la Casa Azul realizaba la esposa del Mariscal.

Después del motín el 18 de abril de 1828, en Sucre, Bolivia, el Mariscal decepcionado se retira y llega a Quito el 30 de septiembre; instalado en la Casa Azul, realiza su anhelada vida hogareña.

El Mariscal continuaba con los tratamientos para la terrible herida de su brazo, consecuencia del motín del 18 de abril, cada sábado degollaban una res en cuya herida abierta introducían el brazo del Mariscal.

Llamado por Bolívar a la jefatura del ejército colombiano, frente a la invasión peruana, el Mariscal manifiesta: “Ojalá sea más dichoso que los héroes de Grecia cuando tomaron a Troya”.

Obtiene el gran triunfo de Tarqui, retornando a Quito, donde finalmente, descansa en su hogar, retirándose a una hacienda cercana, donde nace Teresita Sucre Carcelen el 10 de julio de 1829.

Después de Berruecos, muerto el Mariscal, las visitas del coronel Barriga, famoso por su adicción a la bebida continuaban con mayor frecuencia, casándose la Marquesa con el coronel, a sólo un año de la muerte del Mariscal.

Una tarde, en el momento que jugaba Isidoro Barriga con Teresita de aproximadamente dos años, en el balcón de la Casa Azul, la lanza al aire sin lograr alcanzarla, cayendo la niña al empedrado de la calle.

Más tarde, Mariana Carcelen tuvo un hijo, Felipe Barriga, que en su mayoría de edad, muerto su padre, derrocha por la bebida totalmente la fortuna de la Marquesa.

Felipe Barriga ya sin dinero, vende la espada del Mariscal Sucre, obsequio del Congreso de Colombia, tras el triunfo de Ayacucho, para continuar con su nefasta adicción a la bebida, al igual que el padre.

Mariana Carcelen Larrea, Marquesa de Solanda y Villarrocha, dos veces viuda, muere a sus cincuenta y seis años, vendida la Casa Azul , sin recursos.

Tal fue la trágica vida de la esposa del Mariscal Sucre, llena de murmuraciones, acusaciones de frívola rebeldía, hasta adulterio, incluso asesinato.

Los avatares de la vida siempre dañan y hieren a las personas más nobles.

El autor es Past Presidente de la Sociedad Bolivariana de Bolivia.

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