El gas cambió las nociones rurales en el Chaco tarijeño

El crecimiento de la industria de los hidrocarburos (gas) en el Chaco de Tarija ha cambiado, en la última década, las nociones territoriales de sus habitantes. La visión rural, como elemento importante en el área productiva, ha cedido espacio a proyectos más actuales y más urbanos, destaca el libro “Gas y desarrollo, dinámicas territoriales en Tarija – Bolivia”.

En Villamontes la ganadería ha visto debilitada y las autoridades regionales impulsan proyecto más urbanos “dirigidos a la prestación de servicios”.

El desarrollo de la industria hidrocarburífera ha cambiado las posibilidades de los proyectos territoriales “basados en un fuerte sentido de pertenencia, adscrito a una identidad cultural, como la del chaqueño o la del pueblo Weenhayek”, señala el estudio.

El fortaleciendo de nuevas dinámicas territoriales que nacen del comercio, el transporte, la construcción y otros sectores productivos urbanos ha hecho que, en la práctica, “lo ganadero se haya olvidado completamente”.

La poca inversión pública rural sí ha estado dirigida a la ganadería, intentando con ello, complementar el visible desarrollo urbano del municipio.

El auge del gas ha permitido al pueblo Weenhayek ingresar a un proceso lento de consolidación territorial en la medida en que se van generando capacidades adecuadas para administrar los recursos provenientes de la renta de gas y se coordinen esfuerzos con las instituciones públicas locales. Aun así, es evidente que el territorio weenhayek no es considerado como parte de los proyectos regionales, ya sea el ganadero o el urbano, y que queda bastante por construir al respecto”.

En relación con el municipio de Entre Ríos, la investigación destaca que “la identidad entrerriana no ha sido lo suficientemente fuerte como para construir un proyecto territorial claramente identificable”.

Actualmente este municipio debate todavía entre posiciones orientadas a lo chapaco, lo chaqueño, lo agrícola, lo ganadero, lo campesino y lo indígena. El caso del pueblo Guaraní de Itika Guasu es particular, porque además de titular la mitad de su territorio como TCO, tiene la posibilidad de recibir un importante monto de dinero por la explotación del gas en su territorio.

“La tierra ahora no sólo es substancial como factor de producción y espacio de vida, sino que es un escenario de conflicto debido a lo que tiene en sus entrañas”, es la frase que resume la realidad que hoy viven los pueblos indígenas guaraníes y weenhayek.