La madre tierra y el TIPNIS

Numerosa representación parlamentaria, especialmente del MAS, está fuera del país con la consigna de hacer conocer los puntos centrales de la política del Gobierno: defensa de la madre tierra y defensa de los derechos de los pueblos originarios. Esta es la cara externa del MAS, pero esos postulados no se cumplen como debería ser en la política interna, si hubiera coherencia ideológica. Veamos.

Defender la tierra es luchar porque el equilibrio ecológico no se rompa en detrimento del conjunto de la naturaleza y del ser humano. La ecología es la expresión más alta del equilibrio de las fuerzas naturales, en permanente tensión: vida - muerte; conservación - transformación o evolución, etc. en busca de preservar un bien mayor que es la vida, la posibilidad de que este planeta sobreviva entregando su mayor don: ofrecer las condiciones naturales para que haya seres activos que interactúen entre sí, en permanente ascenso hacia formas mejores y con mayores posibilidades de realización, en un ambiente de ayuda mutua.

Como todo cuanto existe en la naturaleza hay fuerzas equilibradoras y desequilibraditas, los llamados depredadores que evitan el desmesurado desarrollo de una especie que puede afectar al conjunto. Desgraciadamente, hay un depredador por excelencia: el hombre; pero éste, en principio, está regido por la economía espiritual para integrar sus potencias humanas y armonizarlas entre sí en el impulso de ser persona; de tener autonomía crítica de sus actos en uso de su libertad, que le permite usar su inteligencia en relación con su sentimiento, con la comprensión crítica del efecto de su acto, con su voluntad, en una palabra con la ética. Cuando el ser humano no ha integrado sus facultades y deja que cada una vaya guiada por el egoísmo, por la concepción de que él es el centro de la realidad, se convierte en el mayor peligro de la naturaleza y de la sociedad.

La demagogia, que es una manifestación del político sin ética ni principios, le hace poner etiquetas de falsos contenidos en frascos donde se lee canela, cuando en realidad allí se guarda arsénico, como lo hace una irresponsable ama de casa. Con esa actitud el politiquero de derecha o izquierda cree haber formulado un programa de gobierno con palabras vacías de contenido ético, pensando que la gente le cree, como lo hemos visto a lo largo de la historia.

Creíamos que con el cambio de la CPE, ley fundamental que constituye el Estado y enuncia las cualidades esenciales que lo diferencian de otros, las cosas iban a cambiar en Bolivia, porque, por ejemplo en el Art. 8, 1 se dice: “El Estado asume y promueve como principios éticos – morales de la sociedad plural (…) no seas flojo, no seas mentiros, ni seas ladrón”, que fueron escritos como valores de los actuales gobernantes e iban a ser cumplidos rigurosamente, pero que han quedado como palabras, palabras, tanto que la propaganda política está llena de mentiras.

En cuanto a la defensa de los derechos de los pueblos originarios, en el seno del país vemos cómo esos pueblos son ignorados, por el afán de un poderoso grupo de presión que quiere tener una razón a cualquier precio, para ampliar los cultivos de coca y comercializarla rápida y fácilmente. No les importa que la gente del TIPNIS pelee por su derecho a la autonomía de su cultura, es decir, de su manera ancestral de vivir, libre de colonialismos de cualquier tipo, y los quieren someter con un colonialismo disfrazado de democracia y progreso, siguiendo el modelo neoliberal de globalizar pueblos y culturas bajo un mismo rasero, contradiciendo en la práctica los mandatos de la CPE que en numerosos artículos defiende esos derechos… pero el interés inmediato ese más fuerte que la ideología.

Que eso suceda en un estado del Movimiento Al Socialismo es grave, pues hay que recordar que Marx nos ha hablado de la enajenación que aparta al hombre de sí mismo, vaciándolo de todo contenido personal y vital, al convertirlo en “cosa” que pertenece al alguien o algo. Y el fanático militante del MAS es un creyente que ha entregado su mente y su voluntad a alguien que piensa por todos ellos; a tal punto, que antes de comenzar la marcha, ya han atropellado a las radios de los originarios del TIPNIS para que no protesten por el avasallamiento al que quieren someterlos. Se ha militarizado la zona, probablemente para impedir que gente de esos pueblos no puedan entrar en una zona militar.

Por eso preguntamos: ¿cuál es la verdadera política del MAS en relación con la tierra, los pueblos originarios y la persona?