Bloqueo continúa en San Ignacio pese a las promesas de Romero

La promesa hecha por el ministro de Gobierno, Carlos Romero, quien había manifestado a los medios que se garantizaba la Novena Marcha de los indígenas y que se levantarían los bloqueos no pasó de ser un saludo a la bandera.

Los representantes de la Central Obrera Regional de Moxos ratificaron su decisión de impedir el paso de los marchistas que partirán el viernes desde Trinidad. Es más, anunciaron que sumarán más efectivos al bloqueo.

La dirigente indígena Bertha Bejarano desmintió que se haya levantado el bloqueo y desde San Ignacio se confirmó que al menos en un punto el bloqueo seguía (el que comunica con Trinidad), mientras el que llega a San Borja fue levantado, aunque podría ser reinstalado hoy, ya que se ignoró el documento que había dejado el Ministro de Gobierno.

Entretanto, hoy llegaron hasta la capital beniana las delegaciones de Ascensión de Guarayos, Isosog, Yacuiba, Riberalta y de comunidades del Tipnis. Otros grupos étnicos son esperados hasta mañana para sumarse a la marcha.

Los dirigentes de los indígenas calificaron como otra “maniobra más del Ejecutivo, que ha perdido credibilidad, “porque dicen una cosa y hacen otra”, de manera que sólo en declaraciones existiría una voluntad de diálogo, mientras en la práctica azuzan a las organizaciones a buscar un conflicto y, de esta manera frenar la novena marcha.

Romero afirmó ante los medios que había suscrito un acta con los representantes de San Ignacio para levantar los bloqueos y garantizaba la movilización. Los pobladores y quienes son los portavoces de la Central Obrera Regional justificaron su postura al señalar que el acuerdo de Romero fue suscrito con dos grupos que no representan a la población.

Los dirigentes indígenas asociaron esta actitud taxativa de los dirigentes de San Ignacio de Moxos, con las visitas del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, quien se ganó la fama de ser un hombre conflictivo, que no busca soluciones sino los problemas y que sólo desistirán de cumplir con la marcha si el Gobierno deroga la Ley de la Consulta y destierra la idea de construir la carretera por el corazón del Tipnis.