Cotidianamente el ciudadano se enfrenta a bloqueos, acompañados de arengas, gritos, petardos y dinamitazos.
Una encuesta efectuada por EL DIARIO entre estudiantes del colegio Bolívar y Don Bosco que se encuentran ubicados muy cerca del paseo de El Prado, revela que la mayoría de los estudiantes repudian las marchas, movilizaciones y disturbios sociales porque disminuyen sus capacidades cognitivas y piden tranquilidad en su entorno de aprendizaje.
Cotidianamente en el centro de la ciudad de La Paz el ciudadano se enfrenta a marchas y bloqueos, acompañados de arengas, gritos, petardos y o dinamitazos. Estas situaciones resultan en extremo perjudiciales para niños y jóvenes que estudian, ya que perjudican de manera considerable su rendimiento académico y salud.
El estrés (del inglés stress, ‘tensión’) es una reacción fisiológica del organismo para afrontar una situación amenazante. La tensión que provoca genera la aparición de enfermedades que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo humano. Algunos ejemplos son los olvidos (problemas de memoria), alteraciones en el ánimo, nerviosismo, ansiedad, falta de concentración, entre otros síntomas.
La reacción del cerebro es preparar el cuerpo para la defensa. El sistema nervioso se despierta y las hormonas se liberan para activar los sentidos, acelerar el pulso, profundizar la respiración y tensar los músculos. Esta respuesta de lucha o huida es importante, porque nos ayuda a defendernos contra situaciones amenazantes.
Los episodios cortos o poco frecuentes de estrés representan poco riesgo, pero cuando las situaciones estresantes continúan, el cuerpo permanece en un estado constante de alerta, aumenta el desgaste que lleva a la fatiga o el daño físico. La capacidad del cuerpo para recuperarse y defenderse disminuye y aumenta el riesgo de lesión o enfermedad.
El efecto que tiene la respuesta al estrés en el organismo es profundo:
Aumenta la tensión nerviosa, la presión sanguínea, se acelera el pulso, se producen alteraciones del ritmo cardiaco (taquicardia), del sistema respiratorio, nervioso y digestivo.
Liberación de adrenalina y noradrenalina, de cortisol y encefalina.
Aumento en sangre de la cantidad circulante de glucosa, factores de coagulación, aminoácidos libres. trombosis, diabetes, etc.
El sistema inmunitario se debilita, facilitando la aparición de enfermedades como resfríos, gripes, bronquitis, infecciones, etc.
Ansiedad, depresión, dolores musculares y de cabeza, insomnio, trastornos de atención, nerviosismo, dificultades para memorizar y aprender.
El estrés agudo activa a unas hormonas que liberan corticotropina, lo cual perturba el proceso por el cual el cerebro recoge y almacena los recuerdos.
Un estudio de la Universidad de California demostró que un estrés fuerte durante un corto período de tiempo es suficiente para destruir varias de las conexiones entre neuronas en zonas específicas del cerebro. El estrés crónico disminuye la zona cerebral de la memoria, causando daño en las células del hipocampo que participan en el aprendizaje y la memoria.
Los llamados estresores o factores estresantes son las situaciones desencadenantes del estrés y pueden ser cualquier estímulo, externo o interno (tanto físico, químico, acústico o somático como sociocultural) que, de manera directa o indirecta, propicie la desestabilización en el equilibrio dinámico del organismo (homeostasis).
DATOS
Para combatir el estrés en niños se recomienda:
- Aumentar el sentimiento de autoeficacia, la fortaleza y el optimismo, reforzar su autoestima
- Control sobre la situación, por ejemplo indicar las acciones que podría tomar en situaciones de estrés, incluyendo el trabajo conjunto con compañeros, colegio, acudir a autoridades, etc.
- El sentido de coherencia, explicarle la situación. Saber que es una situación pasajera hará más llevadera la molestia.
OPINIONES
COLEGIO DON BOSCO
(2º C Secundaria)
Oscar Vargas: “Los ruidos de los petardos nos perjudican. No nos dejan atender lo que están explicando los profesores. Siempre estamos intranquilos. A veces se sienten los gases lacrimógenos, entran por las ventanas. Algunos días, como hoy tenemos que salir temprano por las marchas y protestas, nos perjudican porque perdemos periodos de clases.
Cuando hay bloqueo tenemos que caminar unas doce o quince cuadras”.
Diego Zapata: “Hoy hemos tenido examen. Al principio estaba respondiendo bien, pero los ruidos de los petardos me han desconcentrado, perjudican porque afectan nuestras notas. También es más difícil estar atento en las clases, los petardos no nos dejan escuchar bien, incluso afectan nuestro oído cuando explotan cerca. Nos sentimos estresados. Pedimos que se respeten nuestros derechos porque como estudiantes queremos estudiar tranquilos.”
COLEGIO BOLIVAR
(3º Secundaria)
Bryan Meave: “Los bloqueos y marchas nos perjudican mucho porque llegamos tarde a clases, tengo que salir a las seis y media de mi casa. No se puede estar tranquilo(en clases) con los ruidos de petardos. A la salida,lo mismo. Yo llego a mi casa a almorzar a las tres y media y me siento mal.”
Mauro Garnica: “Estamos cansados de las marchas, paros de transporte, bloqueos, nos perjudican mucho a los estudiantes. Llegamos tarde a clases. No hay tolerancia para el horario de entrada, sólo diez minutos. También se escuchan las marchas con dinamitas desde los cursos. Yo llego a las tres de la tarde a mi casa y mi almuerzo ya está frío. Les pediríamos a los marchistas y al Gobierno que dialoguen de una vez”.
Bryan Carvajal: “Hacen renegar. Si no es uno es otro: médicos, mineros, cualquiera. El micro ya no sabe por donde va a ir, a veces nos dejan muy lejos.”
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