Cambiar el rumbo

“Si siembras vientos, cosecharás tempestades”, es una frase que debería hacer reflexionar a los políticos que actualmente cometen iniquidades que asolan a nuestro atribulado país. ¿Qué culpa tienen los habitantes de la ciudad de La Paz para aguantar bloqueos en las calles, estruendo de dinamitas, el cierre de la plaza Murillo, y otros desmanes que son producto de las marchas de protesta social?

Las causas de los conflictos apesadumbran hasta al más sereno de los ciudadanos. Ahora tenemos que exclamar: “ustedes saquen sus conclusiones”, como lo dijo el Presidente cuando sobrevolaba por el TIPNIS, junto a periodistas. Pero el destino de ese Parque Nacional se lo puede definir volando en helicóptero? Ese tesoro de plantas y gigantescos árboles alimenta con oxígeno a esta parte del continente. Cortarlo por el medio sería como construir una avenida en el centro del bosquecillo de Pura Pura, acabando con robustos árboles de eucaliptos. Es una comparación menuda, pero angustia, ya que por esos programas de “progreso y razón social” están por producirse enfrentamientos entre hermanos bolivianos.

En cuanto a la carretera que atravesaría el TIPNIS, los campesinos de la provincia Los Andes mediante sus dirigentes le han dicho al Presidente: “hermano Evo, ya no insistas con el TIPNIS. Más bien danos tractores y ayuda para sembrar nuestro altiplano, criar más ganado y producir leche. Esa plata que gastas, gástalo en nuestras pampas abandonadas y pobres”. Tal vez sería la solución, si consideramos que Israel convirtió desiertos en vergeles, que Chile produce aceitunas y otros comestibles en el valle de Azapa, junto al desierto de Atacama, con las aguas del río Lauca. Nos vende manzanas y inunda nuestro mercado con sus productos, perjudicando a la industria boliviana.

Si hablamos de geopolítica nacional, ésta sería afectada por la construcción de la vía que uniría al Pacífico con el Atlántico, mediante convenio firmado por Chile, Brasil y Bolivia. No olvidemos que los pactos y tratados valen para Chile.

Tenemos que atender primero lo que más necesita la colectividad. Cada semana fallecen personas en la carretera a los Yungas, que es de tierra y estrecha. Entonces el Estado tiene que ampliar y asfaltar esa vía tan importante porque comunica con el Beni. Es de interés geopolítico nacional.

También se debería acelerar la construcción de la carretera internacional 4 La Paz – Viacha – Tacna, y convertir en doble vía la de Río Seco – Desaguadero, además de concluir la carretera desde Oruro hasta el Puerto de Ilo. Esta sería la mejor respuesta al chantaje en puertos usurpados a Bolivia por Chile, para eliminar el dogal del enclaustramiento al que estamos sometidos. Mientras llegue el dictamen de la justicia desde La Haya, si es que hemos presentado nuestra demanda.

En la actual situación del país parece que germinan males como la envidia, el rencor y la venganza, que han debilitado a la República desde su fundación. Sus propios hijos han permitido que el territorio nacional sea desmembrado y la riqueza de nuestro suelo ha sido vilipendiada por intereses foráneos.

Ahora el empecinamiento en asumir posiciones radicales agrava los conflictos, las soluciones están en manos de los gobernantes. Pensemos en la Patria, antes que en la imposición de ideologías extranjeras que sólo retrasan al país.

En esta disyuntiva en la que por intereses personales se atenta contra la sobriedad y la cultura, debemos respetar a nuestros profesionales, a maestros que nos enseñaron a leer y escribir, así como al hombre que trabaja la tierra, que gana con el sudor de su frente el pan para su familia.

Es necesario cambiar el rumbo, buscando con honestidad la ruta para lograr el bien común y alcanzar días de paz y progreso para la Patria.