Opinión
Mi viejito don Celso Berdeja me enseñó a trabajar, fue el ejemplo que cualquiera hubiera querido tener, lo veía temprano en la mañana cuando me levantaba para el colegio y le volvía a ver la cara al día siguiente a la misma hora, ya que no paraba todo el día. A la noche muy tarde yo ya dormía cuando él retornaba, me hubiera gustado abrazarlo fuerte para agradecerle tanto amor y sacrificio; uno de chango no se da cuenta de semejante esfuerzo y ya de adultos somos tan imbéciles que por vergüenza o falta de tiempo siempre posponemos esa charla sincera, que se suspende por años; hasta que, como en mi caso, un derrame cerebral se lo lleva de la noche a la mañana sin permitirme hacer lo que tantas veces pensé.
Por eso hoy, quiero apretarlos en mi pecho, a los que todos los días, llueva o truene, con todo el peso del mundo sobre sus espaldas y con valentía ponen los pies sobre el piso frío para comenzar a caminar y ganarse la vida.
Hoy quiero apretar en mi pecho, al que perdió el trabajo y no duerme tranquilo, al que desesperadamente implora por una oportunidad que no se la brindan. Mi respeto y gran cariño a los que trabajan mientras dormimos, policías, bomberos, panaderos, médicos, enfermeros, transportistas.
Hoy quiero apretar en mi pecho a los que con su inventiva buscan oportunidades increíbles para poder llevar algo a la casa, aquellos anónimos que tienen que lidiar con mil oficios y dos mil necesidades. A los abuelos que decidieron cuando eran jóvenes no descansar nunca, porque saben que nadie te regala nada y hasta el final con sus espaldas dobladas seguirán con la mirada perdida buscando lo suyo. A las Mamás, que silenciosamente todos los días de su vida hacen magia, las constructoras del destino de sus hijos. A los niños trabajadores, que ruego no pierdan la alegría en sus miradas y puedan por lo menos soñar con un futuro mejor, para que puedan seguir siendo niños y la realidad no les robe el alma. Al discapacitado, que busca una mano solidaria que lo trate con respeto y le permita ganarse el pan. Al amigo lustrabotas que se consuela mirando su mirada en el reflejo del brillo de los zapatos. A los albañiles y obreros que día a día se empeñan en construir urbanizaciones de sueños, a los campesinos que siembran ilusiones, al minero que en el oscuro socavón encuentra la luz en su interior que lo empuja en sus tareas, al profesional que con su conocimiento aporta para el crecimiento de todos, al periodista que nunca tiene feriados ni fines de semana. Al que no tiene nada y entrega todo por los suyos, a los que saludan con una sonrisa todos los días y me conocen a través de mi trabajo.
A los trabajadores que están convencidos que tenemos un futuro y le meten para que este sea el mejor, a todos ellos, los aprieto bien fuerte en mi pecho.
Portada de HOY |
1 Dólar: | 6.96 Bs. |
1 Euro: | 9.09 Bs. |
1 UFV: | 1.75033 Bs. |