El actual ritmo de producción de quinua en la zona intersalar del altiplano sur, entre los departamentos de Oruro y Potosí, provocará una desertificación de suelo y la consecuente migración de los productores, lo que podría derivar en conflictos similares al que se vive entre Coroma y Quillacas, advierte el agrónomo e investigador, Vladimir Orsag.
El conflicto limítrofe entre Oruro y Potosí, que ha generado enfrentamientos y una crisis en la región está motivado, principalmente, por el aprovechamiento tierras aptas para el cultivo del grano andino.
“Bajo este ritmo actual, nos llevará a mediano plazo a problemas cada vez mayores porque si una comunidad por mal uso que le da al suelo pierde las cualidades productivas se verá obligada a buscar otros territorios y a encarar mayores conflictos sociales con otra gente de otros territorios”, señaló el experto en una publicación que destaca el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), según ANF.
El docente de la Facultad de Agronomía de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) señala que varios estudios elaborados por esta unidad académica, la Universidad Técnica de Oruro (UTO) y la Fundación UTAPO, coinciden en señalar que los suelos del altiplano Sur son muy frágiles y de baja fertilidad.
“Preocupa la ampliación de la frontera agrícola a suelos muy susceptibles a la degradación eólica e hídrica, como preocupa el cultivo en zonas cada vez más grandes y extensivas que están provocando la disminución de la cobertura vegetal, sobre todo en los tholares”, señaló.
Orsag afirma que el “boom” de la demanda de la quinua en el mercado internacional debido a sus cualidades nutritivas, junto a una cotización económica muy favorable “se han disparado” lo que ha provocado la ampliación de la frontera agrícola a zonas de pastoreo con el consecuente desequilibrio entre la producción agrícola y la ganadería de camélidos.
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