DÍA DEL TRABAJADOR

Según las palabras de un alto mandata-rio, la obligación primordial de todo ciu-dadano, orgulloso de sus orígenes y amante de su patria, es la de trabajar, siendo el trabajo la única fuente de riqueza individual, es también, el único origen de riqueza colecti-va. El producto de ese trabajo habría de ser disfrutado por el proletariado, que ya no sería explotado por el capitalista particular ni por el Estado convertido en patrono. Ahora bien, si el trabajo ha de ser el promotor de la riqueza pública, debe el estado, lógicamente, promo-ver y asegurar las fuentes laborales.

El hombre por su condición de tal, tiene ne-cesidades de orden moral, físico y espiritual que satisfacer; y el estado debe, por todos los medios a su alcance, facilitarles la forma de llenarlas ampliamente. El único camino que conduce a esa solución es el trabajo, tiende, entonces a fomentarlo. Con esto, lo que siem-pre se consideró una obligación impuesta por la vida, se ha transformado en un derecho. Por lo tanto, no será una carga para el indivi-duo, ni un medio fácil de vida para aquellos que utilicen sus servicios.

Retribuir moral y materialmente, aseguran-do al obrero un bienestar concorde no solo con el esfuerzo realizado, sino con sus nece-sidades perentorias. Asegurar a los trabaja-dores los derechos más amplios para el có-modo y saludable ejercicio de sus tareas; mediante disposiciones que contemplan las condiciones higiénicas de los lugares de tra-bajo, e impone también a los empleadores la obligación, cuando sea menester, de propor-cionarles alimentación suficiente y adecuada, indumentarias apropiadas y una máxima du-ración de la jornada laborable de conformidad con la índole de las actividades. Junto con ello, que es, en realidad la protección del pre-sente de los proletarios, se contempla tam-bién su futuro. El fantasma de las suspensio-nes y los despidos injustificados debían desa- parecer. La incapacidad física, originada en el trabajo o fuera de él, no debe dejar al obrero en la miseria.

La familia debe estar protegida contra todo riesgo. El mejoramiento económico y la defen-sa de sus intereses profesionales, también deberan estar perfectamente asegurados. Por todo lo expuesto, el 1° de mayo adquiere en nuestro país los perfiles de una verdadera jor-nada cívica.

El 1° de Mayo es Fiesta del Trabajador. Mar-cado como feriado en los almanaques, para muchos se va borrando el recuerdo de la du-reza que tuvo la fecha en los tiempos iniciales de las luchas sociales por obtener mayores niveles de justicia para los trabajadores en el mundo entero.

Fue un 1° de Mayo de 1886, el día elegido por núcleos laborables de Estados Unidos pa-ra elevar una misma voz de reclamos: las ocho horas diarias de trabajo. Las fábricas, las minas, el ferrocarril, los comercios..., prác-ticamente no había excepción: los obreros debían cumplir jornadas de labor que llegaban hasta las l2 y l4 horas de duración.

El drama que se vivió en el ciudad de Chi-cago, se exteriorizó en una dura represión, en detenciones y en posteriores ejecuciones. El 1° de Mayo, ya afirmada en el hemisferio nor-te, dejo de ser el día de picnics y de renova-ción de contratos laborales, para adquirir una significación de reivindicación, de protesta y de justicia social.