Los huecos en los pasos de personas son causa de muchas lesiones o de caídas de ciudadanos, quienes ante el perjuicio piden la colaboración de las autoridades.
El pésimo estado de las aceras que rodean las vías principales de la urbe alteña impide que las personas con capacidades diferentes puedan circular con libertad ante el peligro que corren por los baches y huecos, según pudo comprobar EL DIARIO.
En su recorrido por la urbe, el Decano de la Prensa Nacional pudo verificar lo dificultoso que resulta el trajín diario para las personas que deben trasladarse en una silla de ruedas, puesto que al tratar de circular encuentran en su camino huecos que los traban o gradas que impiden su paso. Estos son lugares donde muchas personas sufrieron accidentes.
Si bien es cierto que en anteriores gestiones ediles se proporcionó pasos para las personas con discapacidad en diferentes esquinas de la urbe alteña, lamentablemente la falta de mantenimiento ha hecho que se deterioren con los años, por lo que ahora el paso por el lugar es prácticamente imposible para quienes se trasladan en sillas de ruedas.
“El estado de las aceras es muy malo, por eso nosotros debemos optar por pasar por las calles para evitar que nos pase cualquier accidente, pero cuando estamos en la vía nos pone en peligro el paso de los automóviles”, relató Juan, nombre convencional de un vendedor de tarjetas para llamadas por celular que trata de ganar dinero para mantener a su familia recorriendo las calles alteñas.
Por otra parte, lamentó que ni siquiera la población entienda por lo que deben atravesar, ya que muchos ciudadanos les recriminan su estado alegando que los perjudican y que no permiten que pasen por las avenidas como a ellos les gustaría.
“Cuando pasamos por las calles, algunos conductores nos gritan y nos tocan bocina, ellos dicen que los perjudicamos pero no entienden que no podemos pasar por otro lugar”, agregó el entrevistado.
A este sector se agrega la población en general, ya que cualquier ciudadano, al pasar por estos sectores, podría sufrir alguna lesión severa por los baches, sin que nadie se haga cargo del daño y de las atenciones médicas u otras que sean requeridas.
Asimismo, en días de lluvia, los huecos se llenan de agua haciendo que la población se vea afectada mojando sus prendas de vestir.
Otro de los conflictos para las personas con capacidades diferentes se da con los ciudadanos no videntes, este sector es perjudicado por la falta de proyectos ya que no pueden cruzar de una vereda a otra sin la colaboración de algún ciudadano que pase por el lugar o de algún funcionario encargado de controlar la circulación vial.
“Lamentablemente nadie entiende por lo que pasamos por eso nadie nos ayuda, yo debo caminar varias calles en busca de clientes para vender mi mercadería pero muchas veces me tropiezo o me caigo por los huecos y a veces nadie me ayuda a levantarme”, indicó un no vidente que se encarga de comercializar utensilios de cocina para poder sobrevivir.
“Quisiera poder escuchar cuando el semáforo cambia de color para con ello poder cruzar por mis propios medios y no tener que esperar a que alguien me ayude. Les pido a las autoridades un esfuerzo para lograr mi cometido”, añadió.
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