Entre dolor y lágrimas

“Todos corrían en contra del arco de la visita, para muchos el cambio de técnico les cayó como anillo al dedo, la actitud era otra, pero no era el día para ellos”

Pocos terminaron en el piso y de rodillas, muchos jugadores no soportaron el dolor y derramaron lágrimas sin encontrar consuelo, Real Mamoré había oleado y sacramentado su suerte con una nueva caída en su casa esta vez a manos de San José por la mínima diferencia (0-1). Tras el cotejo de la décima novena fecha del torneo local. El malestar era general, Trinidad deberá esperar un tiempo para tener otro representante en la Liga del Fútbol Profesional Boliviano.

El árbitro del compromiso, el cruceño Henry Montaño, pitó el final del cotejo y los futbolistas del equipo local no podían creer que se consumaba la crónica de una muerte anunciada, la suerte estaba sellada antes del compromiso, aunque muchos se aferraban a los tres puntos que tenían para jugar el indirecto, pero quedaron abatidos y contrariados.

El panorama era otro en San José, los jugadores respetando el dolor de sus compañeros se fueron a los camarines a celebrar pues con esa sufrida victoria siguen como líderes del certamen y se alejan peligrosamente de sus inmediatos perseguidores, la ventaja que tienen les permite respirar tranquilos por el momento.

La primera etapa fue muy reñida, los jugadores de Real Mamoré sorprendieron con su juego a la visita, se pararon bien, tuvieron una reacción inesperada para los santos y hasta estuvieron a punto de marcar la diferencia, pero en frente tenían a un experimentado Carlos Lampe en el arco.

Todos corrían en contra del arco de la visita, para muchos el cambio de técnico les cayó como anillo al dedo, la actitud era otra, pero no era el día para ellos, nadie pudo anotar un solo gol ante la desesperación de los pocos hinchas; quienes al final se fueron con lágrimas en los ojos.

Hasta el minuto 33 del segundo tiempo las cosas para Real Mamoré eran positivas, pero no contaron con una salida rápida del defensor santo Luis Palacios que corrió y no dudó en marcar el primer tanto que cayó como un balde de agua fría, porque el local buscaba la diferencia y terminó con un gol en contra, sellando así el descenso de Real Mamoré.