Todos los ojos de Europa están puestos hoy en Francia, donde 46 millones de electores se disponen a decidir el futuro de 502 millones de europeos. Unos observan con inquietud, otros -los más- con esperanza. Pocas veces el resultado de las elecciones presidenciales francesas ha suscitado tantas expectativas. Pocas veces ha podido tener tantas consecuencias. El resultado de la segunda vuelta que enfrenta hoy a Nicolas Sarkozy y François Hollande puede cambiar radicalmente el equilibrio de fuerzas en el seno de la Unión Europea y poner seriamente en entredicho la asfixiante -”suicida”, según el premio Nobel de Economía Paul Krugman- política de austeridad dictada con inflexibilidad prusiana por Berlín a Europa entera, a la que ha sumido en la recesión. (Publicó La Vanguardia)