Hostilidad no impidió el avance de la IX marcha

Con las palabras del presidente de la Cidob, Adolfo Chávez: “mantengamos la tranquilidad y que Dios bendiga la marcha compañeros”, la columna de marchistas pasó por San Ignacio de Moxos. Los vecinos exigían la carretera y con carteles y gritos cuestionaron a los marchistas. “¡Carretera, carretera!”, “¡San Ignacio se respeta!”, decían.

Luego, de la tensión vivida, los marchistas escucharon una misa celebrada en la capilla de la región. Muchos de los indígenas manifestaron su pesar por el trato recibido, aunque también reconocieron que hubo algunos aplausos, situación que retrata el clima de contrastes durante esta caminata.

Este clima de conflictividad, rechazo y hostilidad fue analizado por el politólogo Edwin Quiroz, quien explicó que los pobladores de San Ignacio de Moxos tienen una visión desarrollista y que esta postura es contraria a los derechos de los pueblos indígenas.

San Ignacio de Moxos, es una ciudad intermedia ubicada cerca de la ciudad de Trinidad, y está cerca del tramo III de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos; por lo tanto, la postura de los pobladores es desarrollista, por ello apoyan la consolidación de la vía, afirmó.

Sin embargo, esta visión de los mojeños se contrapone al respeto de los derechos de los pueblos indígenas.

“El Gobierno pretende entregar la explotación de los recursos naturales, ingresar al mercado mundial, pero no se están respetando las identidades culturales, los derechos de los pueblos indígenas y se tiene que velar estos derechos”, sostuvo.

Por otro lado, señaló que los intereses desarrollistas de los mojeños se entremezclan con los intereses políticos que existen a partir de movimientos afines al partido en función de Gobierno.

El analista propone que el Gobierno establezca el diálogo, no sólo con los marchistas que se movilizan en defensa del Tipnis, sino con los pobladores de San Ignacio para consensuar una alternativa que beneficie al desarrollo y a la vez se respeten a los comunarios de indígenas de Tierras Bajas.

“Esta carretera es necesaria, pero se ha convertido en un monumento a la discordia. Existen otras alternativas responsablemente presentados pero que el Gobierno lastimosamente se niega a tomar en cuenta”, sostuvo.