Como en sepelio

Hay ocasiones en las que no vale la pena emitir comentario, hoy es una de esas. Hay ocasiones donde el resultado lo dice absolutamente todo y creo que esto explica lo que sucedió anoche.

Sería extremadamente obvio el comenzar a establecer responsabilidades, cuando desde nuestra óptica ninguno se salvaría de un análisis pormenorizado de su producción.

Obligadamente se tendrá que realizar un análisis para, internamente detallar los errores cometidos, que fueron muchísimos. Hay días y días y en esta tesitura, la moderación es la que va depositando en la cuenta imaginaria de la comprensión montos de diferentes valores.

En los mejores momentos, cuando por ejemplo Bolívar contra todo pronóstico juega muy bien y gana al campeón colombiano, Ángel Guillermo Hoyos fue moderado y respetuoso, la experiencia de haber estado en uno de los mejores equipos del mundo como Boca Juniors Y haber ganado la Súper Copa del 89 le da el paño necesario para dimensionar, lo más objetivamente posible, las victorias y las derrotas.

En los momentos en que pudo señalar, jactarse y tomarse revancha de comentarios, percepciones y puntos de vista ofensivos prefirió ponerle manto de piedad a la coyuntura. Como conocedor de muchas esquinas de este laberinto apasionante del mundo del fútbol, aprendió desde chico que mientras más vientos siembras, más tempestades cosecharás. Las revanchas y desquites en el fútbol manejan tiempos distintos a los de los humildes mortales, en el fútbol todo se acelera, por eso las victorias no se festejan por siempre y las derrotas tampoco duran mucho.

Es en estos momentos, que por lo menos de mi parte, retribuiré en mi crítica con esa misma buena voluntad, no por simple correspondencia sino por merecimiento.

Bastante de esto tendrá que terminar o comenzar por aprender el “Gato” Fernández que cada vez que ganaba Bolívar enviaba mensajes provocadores a los hinchas que en todo su derecho chiflaron o reprobaron al equipo en alguna ocasión; o enviaba mensajes de texto para burlarse del análisis de expertos, convirtiéndose en cultor y practicante de la arrogancia y la soberbia, inservibles en el transcurrir del tiempo.

Dentro del hermoso folKlore de esta disciplina, seguramente serán los Stroguistas quienes saquen el mayor rédito de esta goleada, con bromas, cargadas, caricaturas e interminables comentarios en redes sociales. Pasa con Oriente-Blooming, Boca-River, Flamengo-Fluminense, así que tripas corazón a los celestes que tendrán que lidiar con el peso de la vergüenza durante mucho tiempo.

Lograron clasificar a octavos de final, después que ningún equipo boliviano lo conseguía hace doce años, dejaron en el camino al campeón colombiano, a Universidad Católica y le ganaron al último campeón de la Libertadores, no es poca cosa. Se despidieron de la peor manera.

En síntesis, lo que pasó anoche es como cuando vas al sepelio de alguien y te acercas a saludar a los dolientes, no emites comentario alguno… porque sabes que no vale la pena.