El verdadero pueblo en huelga

Todos sabemos que soñar no cuesta nada. Y como también sabemos que Bolivia es “el país de las maravillas”, donde todo es posible (hasta lo imposible) y al observar la situación convulsiva en la que se desarrolla nuestra existencia y donde todo sector o agrupación social se toma la libertad (libertinaje) de declararse en huelga “hasta las últimas consecuencias”, en esta nota nos permitimos sugerir una idea por demás interesante: que el pueblo, el verdadero pueblo, no los grupos utilizados y movidos con obsequios y amenazas de despidos para “apoyar espontáneamente” a unos u otros… ¡se declare también en huelga!

¿Qué características tendría esta original huelga?... las siguientes:

PARO CONTRA LOS TRANSPORTISTAS URBANOS

Con un poco de esfuerzo y sacrificio (como siempre), los ciudadanos declarados en una gran huelga indefinida contra el abuso de los transportistas urbanos, no utilizaríamos buses, taxis, minibuses ni otro tipo de rodantes de servicio público durante una, dos, tres o más semanas. ¿Qué ocurriría luego? Por efecto del famoso DS 21.060 y al no tener ningún ingreso económico, los transportistas (propietarios y asalariados), tendrían que pedir auxilio a los cuatro vientos: mejorando el servicio; aseando, uniformando y sobre todo educando a conductores y “voceadores”; rebajando tarifas y hasta… ¡pidiendo clemencia al pueblo!, aquel pueblo al que tantos años han abusado y al que le deben la posesión de trabajo y sustento.

LA DIRECCIÓN DE TRÁNSITO

Y como efecto colateral de esta falta de economía ($$$), hasta el servicio de Tránsito mejoraría. Porque, al no tener a quién sacar multas o no tener con quién “charlar”, las autoridades encargadas de regular el transporte también se esmerarían en hacer cumplir las leyes y el ordenamiento vehicular. Y no como ahora, cuando los transportistas urbanos y provinciales (especialmente hacia Nor y Sur Yungas), desarrollan su “jugoso” trabajo sin el más mínimo respeto ni consideración hacia los urgidos pasajeros, a quienes consideran como a “sardinas”, bultos de papa u otros objetos de carga.

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Sería interesante que estas ideas consideradas como sueños imposibles, se concretaran en la realidad, para así salir de la actual situación que soporta el sufrido ciudadano paceño debido al abuso, la prepotencia y la soberbia de los transportistas “khoskhosos” (así se denominan ellos en su conocida canción alusiva al 1º de Mayo).

LA PAZ: ¿TUMBA DE TIRANOS?, ¿LEÓN DORMIDO?

Desde nuestra niñez y adolescencia, en todos los textos de Historia de Bolivia leíamos que la ciudad de La Paz es (o era) una “tumba de tiranos”. ¿Qué ocurre ahora? La vapuleada ciudad del Illimani soporta cotidianamente toda clase de tiranías y no hay quién la defienda. Además, la tumba sigue vacía.

Algunos columnistas de diarios aseguran que La Paz es “un león dormido” y que cuando despierte rugirá hasta hacer temblar las piedras de Tiwuanaku. Por lo visto hasta ahora, el león sigue dormido, ¿será por el frío o por qué será? Adivina adivinador.

Mientras el león duerme, a todos los ciudadanos que aspiramos a una vida mejor sólo nos queda soñar y soñar. Soñar en que el Creador del Universo ilumine a nuestros gobernantes para que se despojen de la soberbia, el capricho, el odio y hasta el revanchismo absurdo y se dediquen a servir al pueblo que les otorgó el poder político que ahora ostentan.

Una vez más… ¡Soñar no cuesta nada!