El Senado aprobó por unanimidad la llamada ley de “muerte digna” en Argentina, que permitirá a los pacientes con enfermedades terminales -o a sus familiares- negarse a recibir un tratamiento para permanecer con vida en caso de que su condición sea irreversible.
La legislación había sido aprobada por la Cámara de Diputados el año pasado, y tuvo que esperar hasta mayo de 2012 debido a que en octubre pasado, se renovaron los escaños en ambas instancias del Congreso.
Según el proyecto definitivo, aprobado por los senadores, se le da al paciente el “derecho a aceptar o rechazar determinadas terapias o procedimientos médicos o biológicos, con o sin expresión de causa, como así también revocar posteriormente su manifestación de la voluntad”.
El requisito principal es que exista un consentimiento claro por parte del afectado, de sus familiares o representantes legales.