Una de las características de los gobiernos autoritarios es la de querer reglamentar la vida de los ciudadanos, es decir limitar la libertad individual y colectiva, con la promulgación de todo tipo de leyes que normen todo y para todo, originadas en órganos legislativos donde lo menos que se hace es debatir y esas normas salen como de una máquina de embutidos, y paradójicamente de legisladores de escaso conocimiento.
Desde los tiempos de la antigua Hélade o Grecia, algunas escuelas filosóficas como la de los epicúreos o la de los cínicos, proclamaron la libertad del individuo frente al Estado todopoderoso, arrancando toda una corriente de pensamiento sobre las libertades basadas en los derechos naturales que sostuvieron los estoicos, es decir que el hombre es libre por naturaleza, y el excesivo poder del Estado lo que hace es limitarle esas libertades.
De las muchas definiciones de libertad, tomamos una que sostiene que ésta es: “un estado consciente de la existencia del ser humano, en el que éste es dueño de sus actos y puede determinarse o autodeterminarse, sin sujeción a ninguna coacción exterior”. De donde inferimos que la pretensión de los autoritarios que en nombre del Estado quieren encasillar al individuo en cánones y reglas de estricta observancia, en su vida cotidiana, vulnera ese derecho a ser libre. Precisamente los regímenes comunistas de Europa del Este se vinieron abajo porque sometieron a sus ciudadanos a una vida sin libertades, en la que el “papá Estado” les decía cómo y para qué debían vivir.
La corriente o escuela filosófica de pensamiento “libertario” está en este tiempo del nuevo siglo y milenio reacomodando su pensamiento frente a un Estado que quiere controlarlo todo, con títulos como el interés del país, el cumplimiento de la ley, el orden, la paz social y hasta en nombre de la democracia, cuando este siglo comienza a ser el siglo de las “plenas libertades”, donde el único límite a éstas tiene que ser el derecho del prójimo. Esta corriente no es de ninguna manera “anarquista”, ya que desde Godwin, Steiner, Proudhon, Bakunin, Kropotkin y otros plantearon el anarquismo o no Estado, extremo del totalitarismo estatal, comunista y fascista.
La pretensiosa política del régimen del gobierno “masista” de aprobar y promulgar 70 leyes, además de otras que seguramente vendrán luego, siguiendo las propuestas programáticas del señor Álvaro García Linera, para controlar el país, responden precisamente a imponer un esquema de hegemonía de un sector de la sociedad boliviana (supuestamente el indigenismo) sobre el resto del país, a título de cambio, con leyes que cierran las casas de juego, los bares y cantinas, pretenden controlar a la prensa, a los profesionales interviniendo sus colegios y toda actividad, pretensión que está quedando en el intento, debido al deterioro del régimen, acosado por los mismos movimientos sociales que demandan mejores condiciones de vida.
Un proverbio chino dice que “cuando una nación comienza a tener muchas leyes, es que está cayendo en su descomposición”, ¿o es que somos una nación de “bandidos y forajidos” a quienes hay que someterlos por la fuerza de la coacción de las leyes?
Observamos precisamente que nuestro pueblo, el pueblo boliviano, está en las calles oponiéndose a todas esas medidas políticas de gobierno, que a través de normas de distinta categoría, están agrediendo los intereses y derechos de los ciudadanos, pues no olvidemos que una de las características del “ser” nacional boliviano es su profunda vocación por la libertad, como lo sentenció el gran Bolívar, y el exceso de leyes, decretos, resoluciones, etc. -precipitados al calor electoralista o de intereses de grupos afines al oficialismo-, está descomponiendo la situación social.
Lo que necesitamos no es exceso de leyes de todo y para todo, sino más educación, de tal manera que los ciudadanos educados convenientemente no necesitarán de un aparato jurídico de coacción para su bien vivir, pues lo harán conscientemente. Los países más prósperos son aquellos que tienen los más elevados niveles de desarrollo humano, y no los que tienen leyes para todo, leyes que no se cumplen, pues ya lo dijo algún estudioso del tema: “son buenas las pocas leyes flexibles, pero de cumplimiento riguroso, y no muchas leyes rigurosas, de cumplimiento flexible”.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán Consejo de Administración:
Miguel Lazo de la Vega |
Ernesto Murillo Estrada |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |