Félix Andrade Q.
Ya comenzó la pugna por el incremento salarial presentado por la Central Obrera Boliviana (COB) y la oferta del Gobierno, siendo como de costumbre abismal la diferencia en las posiciones de ambos sectores.
En la reunión que hubo el día 1-5-12 el Gobierno ratificó la oferta del 8%, porcentaje que será también la base para la negociación del aumento salarial en el sector privado. El Presidente también aumentó a 1.000 Bs. el salario mínimo, que significa un reajuste del 22.7%. Mientras los dirigentes de la COB mantienen el porcentaje de la canasta familiar básica que llega a 8.300 Bs., la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) aceptó el incremento de 8%.
Por lo que se puede apreciar, siguen las posiciones encontradas, por consiguiente las marchas y bloqueos en todo el país continuarán con el agravante del “gasolinaza” que intentó aplicar el Gobierno y que causó la repulsa de la población. Si bien esa medida no fue aplicada, ya produjo el alza de precios de los artículos de primera necesidad, afectando la economía de la población. Este golpe económico no lo toma en cuenta el Gobierno al fijar el porcentaje, se limitó al índice inflacionario que fijó el INE, que no es confiable porque está sujeto al manipuleo político gubernamental. Según INASET el PIB real se duplicó entre 1990 y 2008, las ganancias de las empresas privadas y públicas aumentaron en 115%, sin embargo la remuneración a los empleados creció solamente en un 56%.
El salario mínimo en los países vecinos a 2011 llegó a un promedio de 285 dólares, mientras en Bolivia es apenas de 117 dólares, y el Gobierno se ufana de que estamos en bonanza económica.
Al respecto, es bueno puntualizar el criterio ecuánime del Dr. Enrique Velazco, presidente de INASET, “Como tema central debería regirse a criterios económicos y sociales que pongan en debate aspectos de equidad, productividad y distribución (de trabajadores, empresarios y Estado), sólo apuestan por no perder, nunca por resolver”.
Más dramática es la situación de los jubilados, para los reajustes se toma el índice de la UFV (Unidad de Fomento a la Vivienda) que no es sostenible, más bien tiende a una declinación constante. Por consiguiente este sector recibe un magro reajuste, a esto hay que añadir que desde años atrás se aplica el sistema inversamente proporcional que se aplica en los reajustes anuales de rentas jubilatorias. El 44% de rentistas que reciben un promedio de 2.200 Bs., que durante dos décadas aportaron sobre el total ganado, es pasible a descuentos para la mencionada nivelación al otro 66% que sólo aportó sobre el sueldo básico, con el argumento de ”solidaridad”, siendo una acción abusiva y discriminatoria.
El Ministro de Economía y Finanzas anunció que el incremento al sector pasivo será de 9.84%, aplicándose a la modalidad de inversamente proporcional, si esto es así, ya no tendrán que gravar al 44% de jubilados, y habría que conocer cómo se aplicaría ese sistema.
Según estudios de CEDLA, realizados en 2010, el sector privado tuvo un incremento salarial promedio anual nominal de 8.2%, pero el salario real solo alcanzó el 0.8%; el sector publico tuvo un incremento salarial nominal de 4.2% con un salario real de 2.9%, porque estamos ante una situación en la que los salarios van perdiendo cada vez más su capacidad adquisitiva por la vigencia del libre mercado, cada vez más secante, que afecta mucho más al sector pasivo.
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