¿Cuándo? ¡Ahora car….o!

“Continuando la semana deportiva no voluntaria, salgo temprano de casa para llegar al trabajo ya con la esperanza totalmente perdida, de poder movilizarme en transporte público, que luego de la tan merecida vacación que se tomaron los ejemplares conductores de la urbe, ahora se ven perjudicados por uno más de tantos bloqueos que aquejan a la ciudad, como la gripe aqueja a la ciudadanía.

Voy ya por el centro y sin darme cuenta por estar pensando en mi amada Estrellita, me veo en el medio de los nada juiciosos estudiantes de medicina que ya se disponen, muy animados, a un nuevo enfrentamiento con las fuerzas del orden. Antes que me avive y pueda escapar del gentío me veo en medio de la avalancha de gente contra los verde olivo que, sin pensarla dos veces, empiezan a responder con patadas propias del cachascán mexicano de comienzos de los 80 y con gases lacrimógenos directo a la cara. Dudo que me hayan confundido con un aspirante a conocimiento de la salud, sobre todo porque por la crueldad de los años que no dejan de pasar. Más parezco un ´chompa azul´ de la casa máxima de estudios que aspira a importantes cargos públicos por mi alta formación académica de 17 años, que un estudiante.

Cuando apenas logro zafar de tamaña gresca, reparo en la hora y estoy justo de tiempo. Llego a la oficina apenas y todos me miran asombrados. Claro, llevo la ropa arrugada y desarreglada por los jaloneos; los ojos color rojo vino por los gases acertados de forma directa y el cabello despeinado por las policías chaskeadoras de la manifestación. Aunque son muchos mis esfuerzos, no podría convencer a nadie de que no estoy llegando directo de una juerga de proporciones bíblicas… lamentablemente”.