Julio Luis Pablo Carrasco Borda
Cuando hablamos de una plaga, nos referimos a una calamidad grande y pública, al problema del transporte público en La Paz, ciudad que se ha convertido en centro del caos del tráfico de vehículos. Ante esto, la Alcaldía promulgó la Ley 15 de Transporte y Tránsito Urbano, basada en la CPE y la Ley Gral. de Transporte, rechazada por los choferes que temen perder el predominio en las calles y se oponen a esta norma. Además toma en cuenta el control social y vecinal, sector que está dispuesto a salir a las calles cuando sea necesario, para tomar y ordenar el transporte urbano, como ha sucedido ya en algunas zonas.
Minibuses y automóviles del transporte público, sin descontar a los cansinos micros y buses, son los protagonistas de esta calamidad, a los que se suman de 10 a 15 motorizados cada día, habiendo perdido la Alcaldía el control y es la que también debe resolver este problema del síndrome urbano, de la selva de cemento, donde impera la ley del más fuerte.
Graficar esta tortura no está demás, percibimos música estridente, por capricho el conductor para su vehículo en cualquier lugar, a la orden del: ¡bajo maestro! ¡Paro donde me plazca y los de atrás que toquen bocina! ¿Puedo aprovechar? ¡Aproveche nomás! ¡Apúrese, pues!, ¡Aunque sea paradito, súbase nomás! ¡Hasta aquí, nomás, pueden bajarse! ¡Sólo hasta la Pérez!, etc.
El semáforo en rojo es un saludo a la bandera, se obedece cuando se quiere. Las paradas no son usadas ni por si acaso, sólo es gasto de pintura. Pero ahí están los cebras, lo rescatable, el mejor intento de la alcaldía, enfrentados a los policías de Tránsito por la aplicación de multas, quienes dejan pasar nomás infracciones, por 5 Bs.
Además a esta plaga deberíamos añadir la polución, emisión de gases, contaminación del aire, olores de aguas servidas, de comida, violencia en la Ceja o en la Pérez Velasco, en cualquier zona, el peligro de cogoteros, auteros, monreros, lanceros, y una infinidad de bandas, hermandades, clubes, punks, raperos, metaleros y otros, que han hecho de La Paz una ciudad insegura. La Policía no puede controlar. Ya no sabemos qué está bien o mal, si confiar o no. Se suma la contaminación visual, el ruido estridente de bocinas, las máquinas y la gente, entre pitazos y música, todo junto, ¡qué plaga!
Se añade la legalización de carros chutos, bárbaros, ilegales, transformers, clonados, robados y piratas. La saturación actual de transporte motorizado ha llegado a su tope, colapsará si no se aplica la Ley 15, y se pasará a la protesta callejera y al alzamiento del pueblo, de ciudadanos hartos de esta plaga.
Pero se impone hacer algo más, como proponer un Padrón Municipal del Parque Automotor (PMPA), de registro de motorizados de transporte Público, que apoye la ley con un Plan municipal de trafico público. Y que se aplique las políticas municipales de la ley. La restricción de ingreso al área central ya es un avance. Se obedece con multas de tránsito, se aplica la norma y se sanciona cuando se transgrede, pero se requiere transparencia.
El Padrón debe otorgar a todo propietario de un vehículo de transporte público, asociaciones, sindicatos, radio taxis, taxis, minibuses, micros, buses, carga, areneros, de cemento y demás, un registro en su rubro, para participar de acuerdo con líneas y rutas definidas, cantidad de móviles que garanticen calidad, eviten saturación y sobre posición de rutas.
El brevet profesional corresponde a la Policía de Tránsito, autoriza y habilita al chofer, garantiza el conocimiento de normas de manejo y circulación, con exámenes y pruebas de salud física y mental, educación social y técnica para su revalidación. Se comprende la coordinación entre las competencias municipales y la Policía de Tránsito, mediante unidades específicas administrativas y operativas del control del transporte y tráfico urbano, además del monitoreo permanente con cámaras estratégicas de control visual y comunicación para atender emergencias, eventos públicos y lo que sea necesario.
El Registro debe implementarse en forma paulatina, en un plazo prudencial para evitar el shock. Determinar rutas y rutinas con participación de Juntas de Vecinos, de acuerdo con el Plan Urbano por zonas y jurisdicciones, con organizaciones que representen a los que pagan impuestos municipales y que utilizan el transporte urbano.
La Ley 15 debe comprender un Plan de Reordenamiento del Tráfico Vehicular Público y Privado, que debe tomar en cuenta el área metropolitana constituida por los municipios de la ciudad de La Paz, El Alto, Achocalla, Palca, Mecapaca y Viacha, y que debe constituirse en la jurisdicción de esta ley.
El autor es arquitecto.
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