Detalles Gigantescos

Ayer me pegué una vuelta por Lipari, antes de llegar al puente, doblando a mano derecha casi hasta el final de un camino con mucho polvo fino que provoca estelas marrones detrás de los vehículos como si uno estuviera yendo a 200 Km. por hora. Cada vez que concentra la Selección Río Abajo, con seguridad la tranquilidad de los vecinos de la zona se ve afectada por el tránsito que provocamos los que necesitamos estar en cada una de las prácticas de la verde para transmitir las últimas novedades.

En mi caso es diferente, generalmente voy con mis compañeros para ahorrarles tiempo en el traslado, la ida y vuelta es larga y reconozco el esfuerzo de mis amigos periodistas y reporteros que tienen que invertir casi toda la tarde para esta clase de cobertura. En otras palabras me transformo en Gerente de Logística de Transporte o si Ud. Lo prefiere abreviado… CHOFER. Les comentaba que mi caso es diferente pues al no estar con la presión de conseguir la mayor cantidad de notas o de lograr la exclusiva encargada, me dedico a ser un espectador de toda la postal, me concentro en los detalles, en cómo llegan, quién tiene todavía cara de siesta, quiénes llegan preparados para trabajar de inmediato, quiénes se escapan para no hablar con la prensa; qué periodistas solo colocan el micrófono para que se vea el logo del medio; quiénes preguntan siempre lo mismo; quiénes por intentar ser diferentes sonríen demasiado para ver si logran en los entrevistados en mismo efecto. En fin. Es una práctica bastante divertida pero a la vez necesaria para tener un contexto más específico, el cual sumo a mi análisis permanente de este y otros temas, no es sencilla. realmente las antenitas de vinil tienen que estar bien calibradas.

En esta movida me agradó de sobremanera que, con todo lo que tienen en la cabeza los profes, el D.T de arqueros Marcelo Solíz le dedicó buen tiempo a mi amigo Segales, el utilero de la delegación boliviana, quién quería aprender con técnicas específicas como se le pegaba fuerte y con dirección a la pelota, cualquier otro mandaba una broma y le restaba interés, sin embargo con esa paciencia que tienen los pedagogos lo acercó a un arco y comenzó a explicarle como se hacía.

Me agradó que el “Monito” Galarza se haya percatado del entorno increíble que a nivel de paisajes te brinda el complejo “Villa El Sol” y solo dijo…”¡Mirá esos cerros… carajo!” si bien la frase no fue muy poética, ni propia de García Márquez, sintetiza el impacto de lo visual que provoca el lugar que también influye en el trabajo realizado.

Marco Sandy tranquilo, sonriente, amable, paciente, cualidades que siempre debe tener el líder de un grupo.

El complejo deportivo tiene dos canchas y en medio de ambas queda el sector de parqueos de vehículos donde paramos unos minutos para despedirnos de los cuates; fue sin querer, pero quedamos en medio del paso de los jugadores cuando se dirigían a la cancha grande y tuvieron la gentileza de estrecharme la mano y regalarme un saludo. Es increíble estar en medio de ellos, la energía se siente y la fuerza también, para mí, valía la pena que se lo contara. El análisis de la coyuntura y nuestras posibilidades en estas eliminatorias es harina de otro costal, seguirá siendo crudo, rudo y áspero, como ni más ni menos es el espíritu del fútbol.