Caracas, (EFE).- Las autoridades venezolanas siguen sin poder controlar un motín que comenzó hace dos semanas en una cárcel del centro de Caracas, dejando hasta el momento un hombre muerto, vecino de la zona, por una bala perdida, y que ayer ha continuado con varios tiroteos en el lugar, e incidentes en los alrededores.
La ministra para el Servicio Penitenciario, Iris Varela, indicó ayer al canal de televisión estatal VTV que hay una “situación de enfrentamiento interno” en el centro penitenciario de La Planta, con “un grupo que pretende mantener sometido a la mayoría utilizando para ello la fuerza de la violencia y la fuerza de las armas”.
Posteriormente, el vicepresidente ejecutivo, Elías Jaua, dijo al mismo canal que el Gobierno tiene la voluntad de seguir actuando “en estricto apego a los derechos humanos, por la vía de la negociación y del diálogo” con la prioridad de preservar la “paz y la tranquilidad” de los vecinos.
“Les reiteramos (a los reos) con firmeza que deben deponer su actitud, subordinarse a las autoridades y abandonar el penal para aquellos que han sido habilitados”, señaló Jaua, al subrayar que la decisión de desalojar La Planta es “irreversible”.
En horas del mediodía se produjeron nuevos tiroteos en el interior de La Planta, mientras la Guardia Nacional (policía militarizada) dispersó con gases lacrimógenos y lanzando agua con un camión antidisturbios a personas, en su mayor parte familiares de los reclusos, que se encontraban en los alrededores de la prisión.