Los líderes de ocho de las mayores economías del mundo se reúnen este fin de semana en el emblemático Camp David, en las afueras de Washington, con el objetivo de evitar que la crisis de la deuda soberana europea se salga de control, y ponga en peligro los conatos de recuperación en Estados Unidos y otros lugares.
La cumbre del G-8 viene en momentos en que los griegos están retirando dinero de los bancos en medio de crecientes temores que podrían abandonar la zona euro y los mercados financieros se han vuelto temerosos por las perspectivas de una crisis a gran escala en Europa.
El presidente estadounidense y anfitrión de la cita, Barack Obama, ha dado la bienvenida en el retiro presidencial en las montañas de Catoctin a los jefes de Estado y de Gobierno de Canadá, Stephen Harper; de Japón, Yoshihiko Noda; del Reino Unido, David Cameron; de Francia, François Hollande; de Alemania, Angela Merkel; de Italia, Mario Monti; y de Rusia, Dimitri Medvédev.
Para tres líderes, Hollande, Monti y Noda, es el primer G-8, y Medvédev participa en la cita en representación del presidente ruso Vladimir Putin.