Tres héroes logran hazaña

Sin Ramires, sin Ivanovic, sin Meirelles y sin su capitán John Terry. Diezmado y cansado, así llegaba el Chelsea a la final de la UEFA Champions League, pero había derrotado al Barcelona y también logró coronarse campeón de la FA Cup, ¡menuda campaña para un equipo que salía de una crisis que derivó en la “transitoria” llegada de DiMatteo! Ése único técnico en la historia del Chelsea que también fue su jugador, ése otrora incógnito estratega que aguardaba en los camerinos, silencioso, una oportunidad.

Al frente, un también diezmado pero poderoso Bayern de Munich, jugando la final en casa, ante su pueblo, orgullosos de haber eliminado al Madrid y dispuestos a volverse a coronar en lo más alto del fútbol Europeo. Un equipo que hace honra al estilo de juego alemán, un equipo que sabiéndose superior, salió a ganar.

Pero el juego táctico y la superioridad futbolística del Bayern no fueron suficientes para quebrantar al Chelsea hasta llegado el min. 83, cuando Müller logró aventajar al Bayern de cabeza. 5 minutos duraría la alegría, cuando el otro héroe, el que estaba en cancha, el que había hecho todo, también hace el gol, Didier Drogba.

Todo se va al alargue, y Drogba, ¡comete un innecesario penal! Todo volvía para el Bayern, pero la historia la reescribiría otro héroe Peter Cech, quien tapó el penal de Roben y llevó todo a resolverse nuevamente en su habitat, en la ronda de los penales.

Como un presagio tenebroso que recuerda aquel 2008 en que Terry resbalaba y fallaba un penal. Neuer tapa el penal de Mata. Nuevamente la angustia, que no cesaría hasta el 4 penal, cuando Cech se viste nuevamente de héroe y le tapa el penal a Olic. Otra vez empatados, turno de Schweinsteiger, heredero del ícono del jugador germano, quien increíblemente estrella el balón en el travesaño, dejando en bandeja de oro el campeonato ante los pies de Drogba, héroe del campo que no falla y lleva a su equipo a la historia.