Teléfonos controlados

Una altísima autoridad gubernamental nos reveló una conversación privada de la diputada Revollo, hecho que causó un gran “revuello”, mejor dicho revuelo, sobre todo en los ciudadanos importantes del país como mi comadre cochabambina, quien suele dictarme algunos de mis artículos periodísticos.

“Yo estoy segura –me dijo Macacha- de que mi teléfono está pinchado y que el Ministro de Gobierno sabe todo acerca de nuestras íntimas relaciones…”. Sin preocuparme un ápice por tal posibilidad, dije a mi pariente espiritual en qué se basaba para creer que su teléfono se hallaba pinchado, a lo cual respondió: “toda mujer sabe al instante cuando la pinchan de cualquier parte”.

La inteligente cholita quillacolleña me propuso utilizar claves en nuestras conversaciones telefónicas para burlar a las autoridades pinchadoras, lo cual acepté inmediatamente y después de algunos días, ella elaboró un código para ocultar el verdadero sentido de nuestras charlas. He aquí nuestra conversación sostenida esta mañana.

- Podría hablar con el periodista Paulovich...?

- Aquí no vive ningún periodista ruso y está usted hablando con un comunicador achacacheño llamado Paulino Huanca, pariente del Mallcu Felipe Quispe Huanca.

- ¿Usted es el columnista del Achacachi Times, periódico financiado por una filántropa cochabambina llamada Margarita viuda de Racacha…?

- Sí, señora. ¿En qué puedo servirla?

- Quisiera pedirle que me dé una opinión acerca de la violación de la intimidad que sufren algunos ciudadanos importantes y en especial algunas señoras que ahora son de la oposición.

- No, señora Macacha, porque yo creo firmemente en el cambio que lidera nuestro bienamado hermano Evo Morales.

- Me encanta, compadre, que se exprese tan sinceramente de nuestro presidente Evo y quisiera que me dijera su parecer acerca de la inteligente solución que dio el Gobierno de Evo al problema que tuvo con los médicos.

- Me pareció muy inteligente y creo que fue sugerida por la genialidad de nuestro hermano Evo y no fue sugerida por sus ministros Romero ni Quintana.

- Ya basta, compadre, de que me hable usted en clave para evitar susceptibilidades de las autoridades respecto a nuestra labor periodística. Todo lo que conversamos lo entendí al revés y ahora le manifiesto con mi valentía de chola cochabambina que no me gusta la clave que yo misma le propuse y que a partir de mañana seguiremos escribiendo sin miedo a los pinchazos, porque la verdad nos hará libres para seguir llamando pan al pan y al vino vino y al Evo le diremos señor Presidente, sin tener que decirle hermanito ni primito.