El dilema de “gobernar obedeciendo al pueblo”

Durante los seis años de gobierno del presidente Evo Morales, las organizaciones que representan a determinados sectores de la sociedad, has recibido diferentes tratos por parte del Ejecutivo, unos siendo escuchados y otros ignorados, como sucedió en torno a la problemática del Tipnis.

Entre los escuchados se encuentran los dirigentes del Consejo Indígena del Sur (Conisur) que piden la construcción de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos.

Entre los aliados al denominado Pacto de Unidad se mantienen la Confederación de Mujeres Campesinas de Bolivia – Bartolina Sisa, Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb).

Sectores activos como los cooperativistas mineros, trabajadores petroleros, Fuerzas Armadas, no tienen mayores demandas así como los productores de hoja de coca del trópico de Cochabamba.

Entre los rechazados encabezan la lista la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) que rechaza la carretera por el medio del Tipnis. Las personas con discapacidad fueron reprimidas y no se les permitió el ingreso a Plaza Murillo durante sus protestas.

Sectores divididos fueron los mineros de Huanuni y productores de coca del norte de La Paz.

En cuanto a conflictividad, el sector salud ha protagonizado uno de los paros más extensos de la historia democrática del país y la Policía Nacional, mediante las esposas de clases y suboficiales, se aprestan a iniciar marchas y medidas de presión en un conflicto latente que el Gobierno ya ha desahuciado.