Los líderes del G-8 apoyaron ayer los esfuerzos para mantener a Grecia dentro de la zona euro y prometieron tomar las medidas necesarias para afrontar las turbulencias financieras, revitalizando al mismo tiempo sus economías, cada vez más amenazadas por la crisis de deuda de Europa.
En un comunicado de evidente respaldo a Europa, los dirigentes de las ocho economías más ricas e industrializadas del mundo, que se reunieron en el Camp David (Estados Unidos), dijeron que la recuperación económica global mostraba señales prometedoras, pero que persistían “factores adversos significativos”.