En base a testimonios de los discípulos indígenas de Fray Bernardino Sahagún, que confirman el carácter sobrenatural dado a los soldados españoles que invadieron México (1519), y tomando la versión del Inca Garcilazo de la Vega, en la conquista del Perú (1532), es notorio el papel negativo que jugaron la superstición y las creencias de estas dos naciones precolombinas, unidas por el dolor de la Conquista que cercenó no sólo la vida de los vencidos, sino que también generó un freno absoluto al desarrollo de las dos culturas.
En mejores términos, el factor sicológico que atrapó el espíritu y el entendimiento de Moctezuma, en México y neutralizó el ánimo guerrero de Atahuallpa y su gente, en el Perú y otras latitudes andinas, hizo posible que un puñado de españoles, tenga ganada la guerra militar aún antes de empezarla.
El espanto causado en el ánimo de clase dirigente y la masa indígena, ante la atrevida incursión de los “hombres resplandecientes, barbados y de tez blanca”, fue acrecentado por el impacto de las armas blancas de acero, el terrible cañón, el mortal arcabuz, la feroz jauría de mastines y el brioso caballo que atropellaba sin contemplación alguna.
La bestia de poderosos cascos y el jinete, fueron para los nativos un solo ser. Cuando comprobaron, mucho después, que ambos morían bajo el poder de las flechas y de las emboscadas, era demasiado tarde para volver a los heroicos tiempos prehispánicos.
Desde nuestro moderno punto de vista, los españoles utilizaron una especie de operaciones sicológicas contra los indígenas, incluyendo entre los artefactos a su servicio, las enormes naves que flotaban en el mar, lagos y ríos de América Latina.
Vale destacar que la superstición y ciertas creencias fueron traídas también por los soldados de la vieja España. Tal es el caso del famoso aliado de las batallas: Santiago que ya combatió victoriosamente en las guerras santas contra los infieles y en el caso particular del Perú, contra las montoneras indígenas leales a Tupac Amaru en 1780.
En la obra de Teresa Gisbert “Iconografía y mitos indígenas en el arte” publicado el año 2004, Santiago cayendo como un bólido del cielo, montado en su fogoso caballo, “lucha contra los indios” en un lienzo existente en la Iglesia de Pujiura, Perú.
A su vez, este santo de procedencia colonial española, ha sido relacionado por los pueblos de habla aymara y quechua en el área andina de Bolivia, como “Illapa” dios del rayo y del estruendo, tal cual lo refrenda el autor del libro “Mama Pacha”, Mario Montaño Aragón.
Para concluir, superstición y coloniaje han caminado de la mano, en la historia de nuestro país. (clovisdíaz@yahoo.es).
Portada de HOY |
Editorial |
Portada Deportes |
1 Dólar: | 6.96 Bs. |
1 Euro: | 8.76 Bs. |
1 UFV: | 1.75432 Bs. |
Impunidad |