En Brasilia se analiza la petición del legislador boliviano. Abogado explica que el asilo se da en territorio del país solicitado y no en una representación diplomática.
El jefe de la Bancada por Convergencia Nacional (CN), Roger Pinto solicitó la jornada del lunes, a la presidenta del Brasil, Dilma Rousseff, por medio de una carta, se le conceda asilo político en la embajada brasileña, por ser víctima de acoso político por parte del Gobierno del presidente Morales. Por su parte, el senador por el MAS, Fidel Surco, señaló que no existe persecución política hacia nadie.
El exdefensor del Pueblo y abogado, Waldo Albarracín, con relación a la solicitud de asilo efectuada por parte de Pinto a Brasil, aclaró que se debe considerar que no existe asilo político en una Embajada, tomando en cuenta que cuando se habla de asilo político, este se efectúa en tierras del país al que se solicita el apoyo, motivo por el cual existiría una contradicción en la petición efectuada por parte del legislador.
El jurista expresó que cuando uno se refugia en una Embajada sea del país que sea, es sólo como un acto momentáneo hasta que se resuelva si se concederá o no el asilo político al solicitante.
“El asilo político lo regula una norma internacional que se llama la Convención Internacional de la Orden del Refugiado, que data del año 1951, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas. La norma tiene como fin dar refugio a las personas que señalan que son objeto de persecución en su país, ya sean por razones políticas u razones religiosas, entre otras”, expresó.
El en caso del legislador Pinto, la solicitud efectuada a la embajada del Brasil establece que su persona sería acosado políticamente por parte del Gobierno boliviano, considerando que hasta la presente gestión, el senador contaría con más de 20 procesos en su contra, hecho que evita que el asambleísta pueda llevar a cabo acciones en búsqueda de justicia ante actos que son considerados injustos.
El diputado por Convergencia Nacional (CN), Adrián Oliva, ayer señaló que Pinto, que estaría alojado en instalaciones de la Embajada de Brasil, se encuentra perseguido y tiene que comparecer ante diferentes tribunales en los departamentos de La Paz, Santa Cruz y Pando cada semana.
Albarracín argumentó además, que en caso de que el hermano país acepte la petición del experimentado político boliviano, esta acción no deberá repercutir de ninguna manera en las relaciones políticas y diplomáticas entre ambos países.
Por su parte, el senador por el MAS, Fidel Surco, expresó que no existe motivos para que Pinto hable de persecución política y señaló en cambio, que las acciones que realiza sólo responderían a un accionar político.
Surco aseguró que en Bolivia se vive en un país de democracia, donde sólo se efectúan acciones enmarcadas en la ley y que buscan definir responsabilidades de actos cometidos en el ejercicio de la función pública.
Buscando la posición de los representantes diplomáticos de Brasil, EL DIARIO intentó comunicarse con el embajador Marcel Biato, sin embargo vanos fueron los intentos debido a que se informó que la solicitud del legislador estaría siendo manejada directamente en la ciudad capital de Brasilia.
Con relación al tema, la agencia de noticias EFE señala que el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Antonio Patriota, confirmó que su despacho recibió y “analiza” la petición de asilo de Pinto, que dice ser perseguido por el presidente populista y nacionalista Evo Morales, a quien acusa de supuestos nexos con el narcotráfico.
Por su parte, el portavoz de la Cancillería brasileña, Tovar Nunes, explicó que la solicitud de Pinto será analizada dentro del marco legal, lo cual supone “reunir elementos de juicio para establecer si cabe” la concesión del asilo político.
Nunes subrayó que Brasil tiene una “larga tradición” en materia de asilo y que es signatario de convenios internacionales que garantizan ese “derecho”, pero aclaró que cada caso es “examinado cuidadosamente”.
DATOS
Párrafos sobresalientes de la carta enviada a la Embajada:
- “A cada denuncia que hice por hecho de corrupción o narcotráfico, se me abrió un proceso penal por desacato, sedición o difamación, entre otros. El problema ya no consiste en cometer estos delitos sino en denunciar a quienes lo cometan. Ya no es un oprobio la corrupción y el narcotráfico sino el denunciarlos. Se ha institucionalizado la impunidad”.
“- Frente a estas acciones parlamentarias, las presiones en mi contra se han multiplicado, y la persecución se ha agravado. Una Juez en la ciudad de Cobija, no tuvo reparos para conseguir en la frontera con el Brasil pruebas ilegales y falsas para perjudicarme sólo para sostener un juicio en mi contra. Las propias autoridades del Brasil se han manifestado en contra de esta maniobra, por lo grotesca y cínica. Puede alguien imaginar a un juez, que deberían ser un símbolo de independencia e imparcialidad, fabricar pruebas y dolosamente engañar a autoridades brasileras, sólo para cumplir finalmente el mandato que le fue encomendado de condenarme en el plazo mas corto. ¿Qué garantías de independencia o de imparcialidad puedo esperar si quien me va a juzgar personalmente inventa pruebas y falsea documentos sólo para poder encontrar bases de enjuiciamiento?”.
- “El odio político quiere cobrar nuevas víctimas”.
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