El desempleo, el empleo precario y la ocupación informal aumentan de manera preocupante, acercándose a un 80% de la población económicamente activa (PEA). Desde hace mucho se habla de “cambios”, no necesariamente lo hacen los “socialistas de corte neoliberal”. En consecuencia, la sociedad (explotados, clases medias y burguesía) se siente defraudada por la mirada política y de gestión insatisfactoria del gobierno del MAS-IPSP.
Los masistas han defenestrado la estructura social (de clases) por una retórica confusa: el “neoindigenismo” (sociológicamente de los denominados cholos: contrabandistas, artesanos, transportistas, informales, cuenta propistas, folkloristas, sustento de los empresarios de la cerveza y alcohol), que revitaliza -oportunamente- al Gobierno. Estos grupos sociales resaltan su confusión a la hora de pagar impuestos. Estos “bailarines suntuosos” se enmascaran en una supuesta pobreza y se aprovechan del carácter paternal y neoliberal del Presidente indígena.
En consecuencia el Art. 55 del DS 21.060, que ha dejado y sigue dejando en las calles a millones de trabajadores, sigue vigente, aunque enteléticamente se dice que el mismo ha sido abrogado, ¿por qué? Simplemente para los neoindígenas es indiferente el Art. 55, pues no les afecta como a la generalidad de los trabajadores. De hecho aquéllos han logrado entrampar al Gobierno y al país desde el año 2006 y por ello el Estado partido no acierta a “mellar” el clima neoliberal y se remite a las enteléticos resultados mostrados mediáticamente.
El Gobierno se encapricha en mostrar resultados de la gestión como parte de un “cambio”. Los del Gobierno saben que siguen vigentes los contratos civiles, Arts. 450 y 732 numeral II del Código Civil, de libre contratación, por lo que a guisa de “consultorías” o lo que fuere, siguen aprovechándose de la capacidad laboral de la clase media citadina. El Sr. Evo Morales ha estancado el proceso de cambio con dadivas traducidas en “bonos asistenciales”, como parte de un gobierno paternal, bonachón, patriarcal y populista.
Este Art. 55 se agudizó desde las migraciones de ex trabajadores de las minas y del campo a las ciudades y sobre todo a El Alto, buscando mejores condiciones de vida. “Oleadas” de migrantes incrementaron la pobreza y el desempleo. Por ello si a dos años de la sanción del DS 21.060 el desempleo llegaba al 16%, para el 2010 se incrementó al 67%. Los informales y los cocaleros se adueñaron del país. Los salarios sufrieron un sistemático “decremento”. Ahora cuando el gobierno “socialista” fija un haber básico de 1.000 Bs., su poder adquisitivo es inferior a los 400 Bs., comparado con el tiempo de la sanción del DS 21.060.
Con la vigencia del neoliberal Art. 55, en este momento constitutivo del bodrio llamado “socialismo del Siglo XXI”, los gobernantes no aciertan o no quieren estrategias oficiales para siquiera “disimular” el escarnio de la cual es víctima la clase trabajadora, ¿por qué? Pues el actual régimen no tiene clara su ideología y sigue la retórica, como otrora afirmara Guillermo Bedregal. Este dirigente del MNR dijo: “en las reuniones de elaboración del DS 21.060 hubo una verdadera batalla campal en el plano ideológico y técnico...”. Ello me permite advertir que ni los neoliberales se libraron de la sombra de Karl Marx.
Lo que le faltó complementar a Bedregal y ahora al oficialismo, es que toda política económica tiene un carácter de clase y que el Estado Capitalista “plurinacional, folklórico y multicolor” -denominación de Paulovich- está al servicio de las clases dominantes.
Es obvio que en una sociedad de clases la política económica no puede ser “excepcionalmente bonachona y subjetiva” para todos, pues hay quienes ganan y quienes pierden, afirman los “fariseos del neoliberalismo”, en un contrasentido para los socialistas que afirman a “cada quien de acuerdo con sus necesidades y competencias laborales”. Ahora todo ello no significa mucho: lo importante es ser “sindicalista”. Entonces el bodrio conceptual que defenestra a la universidad, la ciencia no debe sorprender, dada la formación del Sr. Morales.
Con todo esto la esencia del DS 21.060 queda al descubierto: su objetivo es beneficiar a las minorías o burguesías emergentes -oligarquías-, bajo una confusión de los toponímicos corporativos, ya que ingenuamente se pretende defenestrar la lucha de clases: ¿acaso no hay campesinos pobres (indígenas empresarios) y pobres (indígenas trabajadores)? Por ello el imperialismo bate las palmas disfrutando esta acepción y el Art. 55 sigue haciendo escarnio de los trabajadores.
El autor es Director del Centro de Información, Servicios Educativos y Comunicación (CISEC).
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