Otra consulta

En estos tiempos de ira y confusión, cuando predomina la imposición de ideologías sin mayor sustentación, del juego partidista o personal para imponer programas por cumplimiento de convenios con Chile y Brasil, debemos prevenir lo que puede afectar a la seguridad nacional. No podemos seguir como colonia o patio trasero de “buenos vecinos del sur”.

Ante esta disyuntiva, el Estado tiene que dar prioridad a obras realmente necesarias para el país. En tal sentido, se hace imprescindible una patriótica consulta a todo el país, sobre la construcción del ferrocarril Mutún-Tacna, para exportar hierro industrializado.

Para mayor abundamiento, recordemos que en 1876, verdaderos patriotas propusieron la construcción del Ferrocarril La Paz-Tacna. A través del tiempo y tomando en cuenta lecciones de geopolítica, consideramos que si esa ferrovía hubiera sido construida, el Perú estaría agradecido, porque el ejército chileno no hubiera llegado a Lima para ocuparla. Tampoco nuestros soldados hubieran trajinado 17 días y sus noches por las extensas pampas altiplánicas, sus montañas, luego el desierto, para llegar exhaustos a Tacna.

Pero en esos tiempos, como ahora, no hubo previsión ni resguardo del patrimonio nacional. Más proyección tenía la aleve politiquería que tanto daño hace al país. Y quedó frustrado ese ferrocarril que hubiera sido el muro de contención contra la burguesía expansionista de Chile, nunca hubiéramos perdido nuestro Litoral. En esa época en Antofagasta ya había ramales ferroviarios. La cuestión era que ese brazo de acero, de verdadero progreso, salga del mismo corazón del país.

Con el mayor respeto pedimos al Parlamento que haga un exhaustivo análisis del tema y con la determinación del Ejecutivo se dicte una resolución para consulta nacional sobre la construcción del ferrocarril Mutún-Tacna, obra de verdadera envergadura, mientras la Corte de La Haya reciba nuestra demanda que acabe con el enclaustramiento marítimo que sufrimos.

Un adagio dice: “Prepara lo necesario, se puede presentar lo posible, al final puede alcanzar y construir lo imposible”. El financiamiento ofrecido por la República Popular de China puede ser un punto de partida para que sea realizada esa obra de gran importancia económica y geopolítica para Bolivia.

Ahora que el Gobierno ha rescindido el contrato con OAS y prácticamente ha suspendido la construcción de la carretera Villa Tunari - San Ignacio de Moxos, esos grandes fondos pueden ser destinados a la construcción del ferrocarril que Bolivia realmente necesita. Los recursos del país asiático, más las grandes sumas recibidas por la venta de gas al Brasil y Argentina, son valiosos para cumplir este anhelo nacional.

Con el valor civil de un ex trabajador ferroviario sin color político, el deber nos obliga a recordar la historia y reflexionar en torno a que fueron sacrificadas 50.000 vidas jóvenes en la Guerra del Chaco, y nosotros seguimos peleando entre nosotros. No somos jueces para acusar, pero observamos otra vez a un ciudadano asilado, en la Embajada del Brasil, a otros alejados de la Patria. Esta tragedia no debe continuar. Que de una vez llegue la reconciliación, la tranquilidad y la paz que tanto clama la ciudadanía.

Comprendiendo la inquietud que muestra el país, necesitamos respirar mar, saliendo por puertos peruanos, aunque por tiempo relativo, para librarnos de la asfixia que nos impone Chile al introducir en territorio boliviano sus productos, además de ropa usada, etc., a través de sus zonas francas, creadas metódicamente para acrecentar nuestra dependencia. Esas importaciones han servido para liquidar las fábricas e industria nacional. En vista de ese trance agobiante, se debe construir el ferrocarril Mutún-Tacna, también para que haya igualdad de oportunidades entre las naciones sudamericanas, con mar y cielos abiertos.