Una de las tareas difíciles de controlar para el Gobierno Municipal, mediante la Intendencia y la propia Policía Boliviana, fue restringir la venta y consumo de bebidas alcohólicas en vía pública, además de la posibilidad de poder incrementar la instalación de baños públicos en el trayecto de la entrada del Señor de Gran Poder.
EL DIARIO, verificó en su recorrido desde el inicio que la oferta de bebidas alcohólicas (sobre todo cerveza y ron) fue muy grande y el comercio se lo realizaba con toda normalidad sin que se aplique ninguna restricción y menos control por parte de los funcionarios de la Intendencia Municipal, quienes sólo fueron más visibles a tres cuadras del palco oficial y no desde la avenida Baptista y la parte posterior del Cementerio General.
Mientras que si bien se verificó la presencia de efectivos policiales en todo el recorrido, los mismos no tenían ninguna orden remitida o coordinada entre esta institución y el Gobierno Municipal, para el control del expendio y consumo de bebidas alcohólicas.