Falta de educación influye en las infracciones viales

De acuerdo con el director del Organismo Operativo de Tránsito (OOT), Hernán Rodríguez, la falta de una materia de educación vial en la malla curricular de los colegios, como lo estipula el Código de Tránsito, impide que los ciudadanos puedan cumplir con las normas correctas de tránsito.

La autoridad recordó que esta ley fue aprobada en el gobierno de Hugo Banzer Suarez, que dicta que las unidades educativas incluyan la materia “Educación Vial”, pero hasta esta gestión han transcurrido más de 40 años en los que no se ha acatado la norma.

“A pesar del paso del tiempo y el transcurrir de las diferentes autoridades, ni los mandos educativos han tomado interés para llegar a insertar una materia de educación vial, como corresponde, de manera transversal”, lamentó.

“Si bien tenemos conocimiento de que en la actualidad se están efectuando tareas que están relacionadas a la enseñanza de los escolares, quienes están aprendiendo algunas normas básicas de tránsito con las cuales puedan aprender y educar a sus progenitores, aún no es suficiente para que se creen nuevas conductas del peatón y del conductor para el correcto desarrollo de la población”, explicó la autoridad.

Rodríguez citó otra de las dificultades por las cuales no se puede llegar a aplicar las normas de Tránsito es que no existe una tarea adecuada de restructuración de las actuales paradas del servicio de transporte público, esto por el asentamiento irregular que se presenta en el sector del comercio informal, quienes ocupan la acera y en algunos casos hasta la calzada, dejando en total riesgo e indefensión a personas de la tercera edad, así como a los escolares y sectores propensos al atropello a peatones.

Para la autoridad de tránsito, los dos grupos sociales más vulnerables, los niños y las personas de la tercera edad, continúan siendo las víctimas de las diferentes irregularidades que cometen los representantes del sector del transporte público y privado, ellos no respetan el paso por las franjas de cebra y al interior de los vehículos existe un maltrato, donde los menores y ancianos generalmente no son aceptados por su situación vulnerable y algunos pobladores se aprovecharían de esto.

“Esas acciones efectuadas tanto por la sociedad, los padres de familia, el entorno familiar a las personas de la tercera edad y de las propias autoridades municipales, hace que estos grupos sociales sean víctimas permanentes de los conductores, comerciantes y pasajeros quienes constantemente buscan conseguir sus objetivos por encima de estos grupos vulnerables, con ello se observa que directamente no se está haciendo nada”, indicó.