Por Edgar Ruiz Botello y Edgar Ruiz Bonilla.
Los recursos naturales (RRNN) son los bienes materiales y servicios que se hallan en la naturaleza sin que estos hayan sufrido alteraciones, los cuales pueden ser utilizados por el hombre.
Los RRNN se clasifican de acuerdo a su disponibilidad en el tiempo, tasa de generación y ritmo de uso o consumo, en “renovables” y “no renovables”.
Los RRNN “no renovables”, son los que debido a su explotación, con el paso del tiempo tienden a agotarse, los cuales se clasifican en yacimientos minerales e hidrocarburos. Los yacimientos minerales a su vez se subdividen en metálicos (minerales de plata en el Cerro Rico de Potosí) y no metálicos (calizas para la fabricación de cemento). De la misma manera los hidrocarburos se subdividen en yacimientos de petróleo y gas.
Los RRNN “renovables” se pueden clasificar en recursos agrícolas, animales, forestales, hídricos y energéticos.
Los recursos agrícolas se subdividen a su vez en frutícolas (cítricos, duraznos), tubérculos (papa, yuca, isaño), cereales (maíz, arroz, trigo), forrajeros (alfalfa, avena), industriales (caña de azúcar, algodón, vid, cebada) y medicinales (diferentes plantas).
Los recursos animales se clasifican en recursos bovino, ovino, porcino, avícola, camélido, equino; piscícola (trucha, pejerrey, ispi, pacú, dorado); silvestre (cóndor, quirquincho, caimán, parabas, jaguares).
Los recursos forestales se subdividen en recursos maderables (mara, cedro, roble, nogal, quina quina) y no maderables (castaña, siringa o go ma, incienso, copal, jatata, quina, hojas de motacú, chima, asahí, palmito).
Los recursos hídricos se dividen en recursos superficiales (ríos, lagos, mares) y aguas subterráneas.
Los recursos energéticos son de carácter eólico (molinos de viento), nuclear, geotérmico (para la producción de energía eléctrica) y solar (carpas solares).
Algunos autores hablan del recurso “suelo” (utilizado en los cultivos), que se pierde debido a los procesos de erosión eólica, fluvial, glacial y la deforestación, llevando a la formación de desiertos.
Sabemos muy bien que Bolivia tiene inmensos RRNN, empero los mismos son explotados sin darles el valor agregado, debido a nuestra incipiente industria, tecnología y la falta de preparación de los recursos humanos (RRHH). Muchos de los RRNN se exportan como materia prima y no como bienes acabados, lo cual podría generar fuentes de empleo (disminución de la criminalidad), precios más altos y la disminución de la migración (por ejemplo a España, con un alto costo social), con el aumento del nivel de vida dentro del país.
La cantidad de bienes de exportación, depende de la distancia a los mercados de consumo, de los costos de transporte (vías de comunicación), de la calidad de los productos, de la demanda, así como de los precios internacionales. Una empresa debe producir con costos bajos, para que el precio final del bien sea competitivo. De la misma manera un bien debe tener incorporado cierta tecnología, acorde con la capacidad técnica del personal (RRHH) de la unidad productiva, para tener calidad y competitividad tecnológica en el mercado. Por otro lado, cada unidad productiva debe tener reinversión constante para no quedar tecnológi camente rezagada en el tiempo y al final, fuera de los mercados (caso de las ex fábricas de telas Said y Forno).
El hombre puede aprovechar también los RRNN para producir servicios, un ejemplo claro de esto es el ecoturismo, donde los paisajes (nevados, selvas, ríos, lagos, cavernas) son aprovechados para atraer divisas (gastos en paseos de los turistas) para el país y crear un efecto multiplicador hacia otros rubros como son la hotelería, alimentación, transporte y otros.
Por muchos años, Bolivia se dedicó casi íntegramente a la exportación de estaño (mono producción), contando en la actualidad con una planta de fundición de estaño en Vinto (Oruro). Al presente, además se extraen y exportan otros minerales. En la zona del Mutún, frontera con el Brasil, se presenta hierro en forma de hematita (óxido férrico) con una reserva de 40.000 millones de toneladas de mineral de hierro y una buena cantidad de mineral de manganeso. El yacimiento del Mutún, es explotado por la em presa hindú Jindal; esperemos que la misma realice la industrialización del hierro y de esta manera tengamos artículos de acero y así siquiera produzcamos objetos con valor agregado, ya que los griegos y los romanos hace siglos atrás tenían sus armas de guerra de hierro forjado, mientras que los bolivianos no podemos producir acero y solo tenemos instrumentos de labranza realizados por nuestros artesanos (herreros) a partir de material reciclado.
También, existen proyectos de explotación como el de San Bartolomé, San Cristóbal y otros, pero como siempre, simplemente exportamos minerales sin valor agregado (zinc), mientras que la planta de fundición de Karachipampa (Potosí) con una inversión inicial de 200 millones de dólares, duerme todavía el sueño de los justos, debido a que la “ingeniería del proyecto” fue mal diseñada (cantidades de minerales insuficientes, para los hornos sobredimensionados).
Bolivia fuera de los minerales metálicos tiene un gran potencial en minerales no metálicos y explota primordialmente calizas para la producción de cemento y cal; arcillas para la elaboración de adobes, tejas, ladrillos y artículos de cerámica; gravas y arenas para la construcción; además, sales como los cloruros, sulfatos, nitratos y boratos en los salares para el consumo humano y la industria. En el Salar de Uyuni tenemos grandes reservas de minerales de litio (para la fabricación de baterías para los vehículos eléctricos). En la zona de La GaibaSanta Cruz existen piedras semipreciosas (amatista, citrino y bolivianita). En este grupo ingresan el guano (estiércol o excremento seco de las aves marinas) y el salitre (nitrato de potasio usado como fertilizante) perdidos en la Guerra del Pacífico (debido a la usurpación chilena).
Los hidrocarburos son una mezcla de carbono e hidrógeno, dando lugar al metano, etano, propano, butano, pentano, hexano, heptano, octano, etc. El gas licuado está constituido por la mezcla de propano y butano. En Bolivia tenemos tres “provincias petroleras”: la (1) “Altiplánica” con algunas manifestaciones de hidrocarburos, al igual que la del (2) “Madre de Dios” y la (3) “Zona Subandina” que es la principal y en su parte sur actualmente se realizan explotaciones de petróleo y principalmente gas. En el Subandino Norte también se presentan “manifestaciones” hidrocarburíferas (Municipio de Apolo). Los lugares en que se explotan los hi drocarburos se denominan campos y principalmente tenemos a San Alberto, Margarita, San Antonio y otros.
Las etapas de la industria petrolera o la cadena productiva comprenden: la prospección, exploración, extracción, almacenamiento, destilación, fraccionamiento, trans porte y comercialización. Antes de la capitalización en la década de 1990, toda esta cadena productiva estaba en manos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), entidad fiscal fundada el 21 de diciembre de 1936. Durante la capitalización todas estas actividades pasaron a manos de las empresas transnacionales, con ganancias mínimas para el Estado Boliviano y una explotación descontrolada. La explotación del gas, parece que solo sirvió y sirve para dividir Bolivia (Occidente versus Oriente), repitiéndose lo ocurrido en el pasado, donde las empresas transnacionales e intereses foráneos, dividieron a muchos países africanos, debido a la presencia de RRNN en sus territorios.
A partir del primero de mayo de 2006 se volvió a refundar YPFB, aunque no con las mismas características iniciales, ya que la capitalización fue difícil de revertir totalmente. Bolivia además de tener una gran situación geopolítica, tiene grandes reservas de gas, ubicándose en el segundo lugar en Sudamérica después de Venezuela. Hoy por hoy se exporta gas a Brasil y Argentina, pero lastimosamente no se realiza la industrialización del gas como desearíamos. Además nuestro país importa diesel para su consumo interno con los problemas consi guientes (pérdida de divisas).
De acuerdo a lo mencionado, Bolivia tiene ingentes cantidades de RRNN, empero para su debido aprovechamiento, carece de una gran formación tecnológica en sus RRHH. En consecuencia, debemos dedicarnos a la formación especializada de nuestros RRHH en todos los campos y con el tiempo no solo exportar bienes, sino tecnología (conocimiento).
Cabe recalcar, que muchos países del primer mundo, no tienen ingentes RRNN, pero cuentan con excelentes RRHH (caso del Japón y Alemania).
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