La Declaración del Canciller peruano sobre Tacna y Arica

BOLIVIA ABRE NEGOCIACIONES SOBRE TACNA Y ARICA

En 1910 el gobierno de Bolivia, presidido por el doctor Eliodoro Villazón, siendo ministro de Relaciones Exteriores el doctor Daniel Sánchez Bustamante, abrió negociaciones con los gobiernos de Perú y Chile, sobre los territorios de Tacna y Arica.

El 25 de abril de aquel año, el canciller boliviano celebró una conferencia reservada con el enviado extraordinario, ministro plenipotenciario del Perú, don Solón Polo, y dos días después aquél le envió a éste un memorándum también reservado, en el que, entre otras cosas, le decía lo siguiente:

EL MEMORÁNDUM DEL MINISTRO BUSTAMANTE

“Bolivia no puede vivir aislada del mar; ahora y siempre, en la medida de sus fuerzas, hará cuanto le sea posible para llegar a poseer por lo menos un puerto cómodo sobre el Pacífico; y no podrá resignarse jamás a la inacción cada vez que se agite este asunto que compromete las bases mismas de su existencia. Ha seguido en los últimos años una conducta de absoluta lealtad a los pactos que le privaron del Litoral y ha concluido sus cuestiones de fronteras con el Perú, sacrificando mucho de lo que su deber y su derecho le presentaban como indeclinable, confiada en que algún día los hechos y las altas provisiones impondrían la única solución posible de este grave problema sudamericano: la incorporación definitiva de todo o parte de Tacna y Arica al Alto Perú.

Un estado soberano no puede renunciar a la posesión por medios legítimos de una zona de territorio cuya vida y prosperidad dependen del tráfico, del comercio y de la vecindad de aquél, y cuya incorporación al país con el que mantiene tan íntimas conexiones, interesa a su seguridad y afirmaría su existencia soberana y su desarrollo económico. Tal es la doctrina que dentro del derecho humano profesa esta cancillería y que Bolivia sostendrá con todos los poderes de su voluntad y de su espíritu”.

LAS INSTRUCCIONES A LA LEGACIÓN BOLIVIANA EN LIMA

Al mismo tiempo que el canciller Bustamante hacía estas gestiones en la Paz, enviaba también a Lima las instrucciones precisas para que la legación boliviana, servida entonces por el doctor Severo Fernández Alonso, preguntase al gobierno peruano si las dos naciones que cierran a Bolivia el paso al Pacífico estarían dispuestas a escuchar proposiciones que concilien el interés de los tres pueblos, pues el gabinete de La Paz estaba dispuesto a proponer bases y compensaciones satisfactorias.

El ministro Fernández Alonso llenó cumplidamente la delicada misión que se le encomendaba, “para cuyo discreto y provechoso manejo ofreció poner todo el contingente de buena voluntad y patriotismo de que era capaz, en servicio de causa tan noble que había sido una de sus más vehementes aspiraciones”.

El 5 de junio de 1910 celebró con el canciller peruano, señor Meliton F. Porras, una conferencia diplomática, de cuyo resultado dio cuenta Fernández Alonso al día siguiente, o sea en un día como hoy, en los términos que se lee en el siguiente oficio:

LA COMUNICACIÓN DEL MINISTRO FERNÁNDEZ ALONSO

“Legación de Bolivia.- 133.- Lima, 5 de junio de 1910.

Al señor Daniel Sánchez Bustamante, Ministro de Relaciones Exteriores. La Paz.

Concluido el incidente, el señor Porras, mostrándose muy expansivo esta vez, lo que contrasta con su habitual reserva y su actitud constantemente impasible y fría, me habló en términos francos y cordiales, de nuestras aspiraciones de puerto, las que calificó de muy naturales y legítimas, agregando que es muy claro que concretada la cuestión a Tacna y Arica, el Perú vería con satisfacción que en lugar de que dichos territorios continuasen bajo la soberanía de Chile pasara el puerto de Arica a ser PROPIEDAD BOLIVIANA.

Confieso que me complació mucho escuchar una declaración tan importante de labios del prestigioso Ministro de Relaciones Exteriores, siendo la primera vez en mi no escasa intervención en los asuntos internacionales de nuestra patria, que la he oído en términos tan explícitos a un alto personaje peruano.

Volviendo yo al punto primordial de nuestras aspiraciones de salida al mar, le dije al señor ministro que extrañaba que la prensa de Lima se mostrase, si no airada o enfadada, cuando menos sorprendida de los legítimos deseos de Bolivia, para conseguir un puerto. A ello me repuso el señor Porras que la prensa adicta al Gobierno iría modificando su actitud quizá aun la opositora llegara a encontrar factible la combinación boliviana sobre el problema del Pacificó.

Y en efecto, el editorial de EL COMERCIO de hoy, que remito en sobre especial, con motivo de la misión ecuatoriana a Bolivia, llega a expresarse en el mismo sentido que el señor ministro, lo cual considero como un gran paso alcanzado en la opinión pública del Perú, que comienza a pensar que las aspiraciones bolivianas pueden llegar a ser la mejor solución del problema de Tacna y Arica - (Fdo.) Severo F. Alonso”.

EL MEMORÁNDUM CONFIRMATORIO

En el memorándum que el mismo ministro Fernández Alonso pasó, con fecha 8 de abril de 1911, al Ministro de Relaciones Exteriores de su patria, confirmó la nota de 5 de junio del año anterior, que queda transcrita, y agregó aún más lo siguiente:

“Fuera de esta labor de cancillería no se ha descuidado llevar a cabo un discreto sondaje en los principales elementos de la opinión. Los diarios, especialmente EL COMERCIO, han dejado entrever la posibilidad de un arreglo en el sentido deseado por Bolivia. Varios hombres públicos han encontrado también factible el pensamiento. (La nota menciona los nombres de dichos hombres públicos).

En suma puede decirse que esta primera tentativa en asunto tan delicado y trascendental, no ha sido estéril, gracias al favorable antecedente que ella importa, será menos escabrosa la tarea que en lo sucesivo tengan que llenar nuestros hombres públicos. Cuando menos las indagaciones de abril y mayo deben llevarnos al convencimiento de que las mayores dificultades a vencer para la realización del ideal boliviano, no estarán de esta parte”.

El DIARIO 5 de junio de 1925 - 1926 - 1927 - 1928.

Biblioteca del Congreso Nacional.

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