Los niños y jóvenes mostraron su afecto a los maestros en diferentes actos de convivencia y homenaje realizados en diferentes colegios alteños.
Los educadores alteños celebraron ayer el Día del Maestro con diferentes agasajos en las unidades educativas, ocasión en la que ratificaron su compromiso con la educación.
Por su parte, los estudiantes expresaron su gratitud por la labor que realizan.
En la oportunidad el profesor Raúl Tarqui, quien trabaja actualmente con más de 70 estudiantes de dos unidades educativas, una particular y otra estatal, relató las experiencias que le tocó vivir al escoger esta profesión. Afirmó que diariamente llega hasta los colegios para formar hombres y mujeres de bien.
En su relato, el maestro resaltó que durante la labor que diariamente realiza resalta, como la acción gratificante, el acto de convivir con los niños y niñas, aportando a que ellos aprendan desde los valores de la vida hasta la cultura en general.
Sin embargo, dijo que algo que entristece el corazón de varios profesores y personalmente la de él es la desigualdad que percibe con sus alumnos de colegios estatales.
“Ver una realidad tan diferente en establecimientos estatales es un sufrimiento ya que se siente una impotencia al ver a mis pequeños ‘hijos’ con un claro descuido, mis pequeñitos del colegio fiscal están muy descuidados, tienen muchas carencias, nosotros sufrimos al verlos muchas veces desaseados o en total descuido. Personalmente, por una situación particular, pude visitar el domicilio de uno de los alumnos donde observé con tristeza que en un sólo cuarto está el dormitorio y la cocina, estas son situaciones que nos conmueven”, aseguró.
A pesar de ello, expresó que es una alegría trabajar con los niños ya que al igual que en los hogares se reniega y se ríe por las picardías que generalmente son expresadas por los estudiantes.
Se constató que el profesor Tarqui es muy querido entre sus alumnos quienes manifiestan que es un buen docente y que da todo de sí para enseñar con amor y dedicación a sus alumnos.
Los estudiantes agradecieron con regalos y agasajos a sus “queridos maestros” como ellos los llaman.
“Quiero felicitar en este día a mi profesor que tiene mucha paciencia con nosotros, estamos muy agradecidos porque ellos nos enseñan, nos dedican su tiempo para que seamos profesionales”, expresó Jaqueline Zeballos, una de las alumnas.
“Los profesores son como nuestros segundos papás, aquí a veces les hacemos renegar, pero los queremos mucho”, añadió Mauricio Linares.
El Día del Maestro es celebrado desde el año 1924, cuando el presidente Bautista Saavedra emitió un Decreto Supremo para festejar la creación de la primera escuela de educación fundada en Sucre en 1909.
La escuela en Sucre fue un homenaje a los 100 años de la gesta libertaria de 1809 y a Modesto Omiste Tinajeros, considerado “Padre de la educación boliviana”. Un esclarecido hombre que dedicó su vida a la educación popular. Su personalidad y su talento lo llevaron a crear y orientar las escuelas municipales. Fundó la primera Escuela Normal de Maestros de Sucre.
Bolivia vivía los impetuosos cambios de finales de 1960 y comienzos de 1970 cuando el docente entró al curso asignado, observó a sus 36 estudiantes y empezó su clase.
“Los maestros, desde siempre, se convirtieron en los segundos padres de nuestros hijos”, aseveró una de las madres presentes ayer en el agasajo a los educadores.
En casi todos los establecimientos educativos los maestros fueron agasajados por sus estudiantes, en homenaje a esta memorable fecha que recuerda año a año la gratitud que se debe tener con estos seres que contribuyen a la sociedad formando hombres y mujeres de bien.
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