Ya se fueron los invitados

Después de haber cumplido con nuestro deber periodístico con toda seriedad y haber participado de todos los ajtapis, bailongos, banquetes y recepciones sociales que se realizaron en Tiquipaya (Cochabamba-Bolivia), mi pariente espiritual llegó a nuestra habitación del Hotel “Regina” y se tiró en su cama estirando sus piernas y sus brazos para luego decirme: “ya se fueron los invitados, compadre, ahora podremos hablar a calzón quitado...”.

Tranquilo y prudente, como siempre, le pedí a la cholita cochabambina que no hablara muy alto porque podría ser que algunos invitados extranjeros se hubieran hecho los “quedadizos” para captar reacciones posteriores a la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, pensando justamente en el presidente ecuatoriano Correa, quien teme a los periodistas.

De esa manera, mi comadre Macacha bajó el tono de su voz para contarme algunas de sus apreciaciones sobre la magna reunión americana.

Cerciorándose de que no teníamos espías extranjeros tras la puerta, Macacha volvió a echarse sobre su cama y me dijo: “no podría ser muy seria esta asamblea de la OEA si fue inaugurada por nuestros amigos yatiris (asesores del canciller Choquehuanca) que delante de todos encendieron una k’oa ofrendando la asamblea a la Pachamama, ¿no le parece, compadre?”.

Le respondí que sí, que tal inauguración me pareció un mamarracho y que los visitantes seguramente quedaron pasmados al comprobar nuestro falso afán indigenista.

Ambos convinimos en que lo mejor de esta asamblea fueron las fiestas y el folklorismo que desplegaron los organizadores de una reunión que pudo ser más seria, más provechosa y con resultados más prácticos para Bolivia.

Siguió hablando la cholita quillacolleña, recordándome la fotografía oficial de los asambleístas de la OEA, en la cual aparecen todos vistiendo ponchos indígenas de color rojo, tejidos en Cochabamba. ¿Qué podríamos esperar los habitantes de los países americanos, incluidos Estados Unidos, Canadá, Bolivia y Chile...?

Volviendo a la frase inicial de mi pariente espiritual de “que los invitados ya se fueron”, pregunté a mi comadre qué sucederá en Bolivia, qué nos pasará a los bolivianos ahora que nuestros visitantes extranjeros ya volvieron a sus países, con la excepción de algunos “quedadizos”…

En primer lugar seguiremos chupando tanto en Chijini, en honor al Señor del Gran Poder, como en Tiquipaya, donde la Ley Novillo prohibió a los lugareños beber chicha, cerveza y otros alcoholatos desde el sábado pasado, según dijo mi sabia comadre, a lo que tímidamente agregué: “y como los invitados ya se fueron, volveremos a nuestras actividades preferidas, como son los paros, las huelgas, las tomas de minas, las marchas que vendrán desde el norte y desde el sur, y otras acciones que ya son rutinarias para nosotros”.

Macacha me recordó que hoy celebramos la fiesta católica del Corpus Christi y que iremos a la misa y a la procesión de la hostia consagrada, por nuestras calles y plazas.