En inferioridad numérica

Polonia, uno de los países organizadores de la Eurocopa 2012, no pudo pasar del empate en la inauguración de la competición frente a Grecia, en un encuentro que comenzó marcando, pero en el que los griegos consiguieron el empate en inferioridad numérica e incluso, pudieron ganar si Karagounis no hubiese fallado un penalti en el tramo final.

El partido comenzó con un claro control polaco, con una Grecia que apenas oponía resistencia a dúo Lewandowski-Blaszczykowski, jugadores del Borussia Dortmund, y que no supo cómo cerrar las incursiones de los locales, especialmente por la banda derecha. De esa posición partían casi todos los centros de los polacos y, en uno de ellos, Robert Lewandowski estableció el 1-0 de un remate de cabeza tras una salida con poca fortuna del portero griego.

El combate parecía ponerse definitivamente del lado de Polonia cuando el árbitro español Velasco Carballo expulsó por doble amarilla en el minuto 43 a Papastathopoulos.

En la segunda parte los helenos salieron con una cara distinta y también con algo de suerte, lo que en el minuto 51 se tradujo en un rechace que aprovechó el recién ingresado Dimitris Salpingidis para batir al meta polaco en el que era el primer disparo de Grecia entre los tres palos (m.51).

La presión se apoderó de Polonia, que minutos después vio como se cobró penalti en su contra y el portero Szczesny era expulsado con roja directa por derribar con la pierna a Salpingidis, que, después de recibir un pase largo, se plantó solo frente a la portería de Polonia.

El joven guardameta Tyton fue el encargado de sustituir a su compañero y lo hizo con éxito, consiguió atrapar el lanzamiento de Karagounis y detener el penalti para que la grada y su equipo volviesen a respirar.

Grecia logró así un empate en un partido que Polonia se desinfló poco a poco lejos de esa imagen de seguridad que ofreció en la primera mitad.