Siremu almacena pilas usadas para recuperar sus químicos

Más de 20 toneladas de pilas y baterías usadas son parte del almacenamiento que realiza la Comuna en el Relleno Sanitario de Alpacoma, con el objetivo de que en un futuro se puedan recuperar los materiales pesados o químicos, que tienen dichos elementos, informó ayer la directora del Sistema de Regulación y Supervisión Municipal (Siremu), Rosemarie Gardeazabal.

En el marco del proyecto denominado “Recuperación, Reuso y Reciclaje”, la Comuna estableció, desde 2009, cien puntos de acopio de pilas distribuidos en tiendas, farmacias, bancos, subalcaldías y supermercados de la ciudad. Producto de esa campaña se logró almacenar una importante cantidad de este material de alta peligrosidad.

“Desde que se implementó el proyecto ya tenemos aproximadamente 400 bidones llenos del material, lo que equivale a 20 toneladas, están almacenados en Alpacoma, en una ambiente aislado y sin contacto con el agua, el aire y el suelo”, informó la autoridad.

Gardeazabal informó que se está trabajando en un convenio a establecerse próximamente con Soboce para que se construyan tres tanques especiales de almacenamiento de esos residuos sólidos en Alpacoma.

“Se ha hecho el diseño de un proyecto de celdas de seguridad en el relleno sanitario, ya se obtuvo la licencia ambiental para la disposición transitoria de esos residuos y después, en un futuro, se puedan aprovechar los materiales pesados”, explicó.

La ciudadanía puede llevar las baterías usadas a los diferentes puntos de acopio que son identificados con letreros que refieren al recojo de pilas. Posteriormente los materiales son llevados al Relleno Sanitario de Alpacoma, donde se los coloca en envases especiales y se agrega un agente químico estabilizador que secuestra e inhibe las posibles pérdidas de los metales pesados que éstas contienen.

El acopio de pilas, no solamente incluye a las pilas comunes, sino también baterías de teléfonos celulares, calculadoras, relojes u otros.

Las pilas están conformadas por zinc, cadmio y níquel, entre otros elementos conocidos como metales pesados y tardan más de mil años en la descomposición. Tienen componentes altamente contaminantes y que no se degradan. A los 50 años comienza su degradación, pero siguen siendo nocivos durante más de mil años, según varios estudios.