“Cacho” Mendieta:
¿En qué momento despierta tu interés por la actuación?
Despierta cuando niño. Participé en programas de radio Potosí y radio América allá por el año ´46 aproximadamente. Cuando cumplí los 9 años retorne a la ciudad de La Paz y mucho antes de descubrir mi aptitud para la actuación, casi instintivamente, me metí a trabajar de fondista en el Teatro Municipal para ganar algunas monedas para mis recreos. Tuve la suerte de trabajar con Adrian Campero que fue uno de los mejores fondistas que ha visto nuestro país. Era un experto en la materia de pintura y uso del espacio. Luego de haber trabajado mucho en radio se dio mi ingreso al teatro; cuando tenía 17 años se me invitó a debutar en grande en una obra que se estaba llevando a la Argentina y tuve que viajar por el lapso de 3 meses aproximadamente, lo cual casi me cuesta el año escolar. De ahí en más me empezó a gustar el dulce del aplauso.
¿Cuál fue tu paso por la radio?
Mi experiencia en radio comienza como parte del público desde muy niño en radio Potosí. Luego radio Cóndor lanza un concurso auspiciado por librería Tejerina y dirigido por Hernando Silva. Dicho concurso era para imitadores de voces y yo tenía la facilidad de imitar a artistas mexicanos y argentinos y por mi afinidad imitativa se dio el hecho que trabajara primero en radio realizando radio teatro. En Amauta junto a Rosario del Granado hice el programa "La Canción de la Vida" donde yo hacía hasta tres papeles diferentes por mi versatilidad imitativa. En radio Armonía junto a Juan Farías hacíamos radio teatro de suspenso. En radio Illimani trabajé con Elena Ortiz de Zárate. Posteriormente en radio Agustín Aspiazu con Jorge Cervantes y Cristina Velasco también realizamos radio teatro.
¿Cuál fue tu primera aparición en las tablas?
La primera vez fue una actuación en Argentina junto a Celso Peñaranda. Mi primera vez en el país fue cuando Carlos Cervantes me invitó a formar parte del elenco de la obra de Raúl Salmón, Juana Sánchez, donde me dio tres papeles, me imagino considerando mi capacidad de retentiva. Prácticamente no tuve una escuela en lo que a teatro se refiere pero instintivamente sabía que debía despojarme de mí mismo para encarnar otro papel. La paradoja del caso fue que en colegio no me gustaba mucho la materia de historia y llegado al momento, pregunté a Carlos Cervantes quién fue Agustín Morales. Su reacción inmediata fue quitarme el libreto y aseveró que no tendría el papel hasta que sepa quién era. Seguido a esto me fui a la biblioteca y fue la primera vez en mi vida que estudié a conciencia historia. Agustín Morales resultó ser un militar temperamental que derrotó a Melgarejo.
Desde entonces no he parado con la actuación con diferentes obras interpretando una enorme cantidad de personajes
¿Cuál es tu experiencia como escritor de obras?
Hasta el momento he escrito cinco obras. Más o menos en el año ´85 terminé de escribir una obra de nombre "Una Mujer Peligrosa" que se me complicó un poco ya que no encontraba los actores idóneos. Una obra con gran repercusión a nivel internacional es el "Burlador de Casadas" que trata sobre un burlador circunstancial ya que no tenía la intención de burlar a nadie, es una comedia muy bonita. Escribí otra obra basada en una historia de Sonia de Uribe, reconocida cuentista infantil nacional, la obra mía se llama "Niños de la Cárcel" donde trabajé con un grupo de niños y tuvo bastante éxito. También escribí un monólogo muy premiado llamado "Mina Qenta Limachi" que trata sobre un tema muy en boga hoy en día como es la discriminación y nos relata la superación de un niño campesino que lega la ciudad.
Otro monologo que presenté en el Festival de Teatro Cruceño fue la obra "A Otra Cosa Mariposa". Recientemente he terminado una nueva obra que carece de nombre todavía que trata sobre muchos enredos familiares donde se ven inmiscuidas algunas pichochas que tiene el hombre de la casa cuya hija sale con un joven vividor y el padre quiere emparejar con un joven no del todo bien parecido.
¿Cómo te defines como actor teatral?
Gracias a mi amplia experiencia me considero apto para interpretar cualquier papel que se me otorgue, excepto el de un joven atleta o alguien tipo James Bond (ríe). El que califica es el público y hasta la fecha he tenido bastante aceptación y he llenado las expectativas de los que me ven.
¿Cuán importante consideras al teatro de denuncia?
Es interesante porque educa y logra que el público asimile muchas cosas que normalmente no salen en la prensa y muchos hechos pasan desapercibidos. Este tipo de teatro llama la atención de los asistentes y logra educar e informar; muchas veces puede llegar a abrir los ojos del público, literalmente.
Como actor de cine ¿En cuántos filmes has participado?
He salido en varios como extra y he protagonizado algunos. De los que recuerdo, puedo mencionar un film del español Jorge Mistral llamado "Misión Cerca del Cielo" cuya trama se desarrollaba en torno a un centro minero a 4500 metros de altura. "El Gran Arte" fue una producción donde yo estuve a cargo del casting y tuve un papel como afilador de cuchillos. "El Escarabajo de Fuego" me dio el papel de un sacerdote y tuve que aprender a celebrar misa en esta película policiaca. "Amigo Mío" fue una producción argento alemana que trata de un padre y su hijo que huyen de Argentina y pasan por nuestro país. Otra de las películas que recuerdo al momento es "Quién Mato a la Llamita Blanca", que entre risa y risa da un mensaje sobre la realidad del narcotráfico en nuestro continente.
¿Cómo inicias tu
participación en
Confidencias?
Desde radio Nueva América y su programa "El Informal" yo escribía una sátira política sobre los gobiernos de turno. Luego me invitaron a formar parte del programa "Trapitos al Sol" de Raúl Salmon donde me dedicaba a escribir libretos y pude trabajar con Tito Landa, Agar Delos, Mery Rada, Elsa Antequera y Hugo Pozo. Luego de una pausa en el programa me invitaron a participar de Confidencias hace ya 32 años.
Como excelente crítica política mediante el humor ¿Has tenido algún problema con algún gobierno de turno por Confidencias?
En la época de Bánzer me citaban al Ministerio del Interior alguna vez. En otras ocasiones me llamaban para decirme que tenía que abstenerme de emitir opinión alguna sobre el general Bánzer bajo ninguna circunstancia, por favor. En el gobierno de García Meza pasaba lo mismo, pese a que alguna vez yo le decía algunas cosas que no me parecían en persona y el escuchaba atento.
El año pasado hubo un ministro o parlamentario que dijo que en Confidencias habíamos denigrado al Presidente Morales pero no pudo fundamentar su acusación. Nosotros no denigramos a nadie, los satirizamos, nunca vamos a mellar la dignidad humana.
¿Cómo sería el mundo sin humor?
Sería como una tierra sin sol ni agua. Todo seria monótono y el humano viviría poco tiempo ya que se haría pelota el hígado. Siempre hay que reírse y como el mismo Aristóteles dijo ante una caricatura suya "Hay que aprender a reírse de nosotros mismos para entender a los demás". Drama es fácil hacer, hacer reír a la gente… ahí está la cuestión.
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