Río de Janeiro.- Centenares de indígenas procedentes de tres continentes se reunieron ayer en Río de Janeiro para encender un “fuego sagrado” y dar inicio a diez días de actividades paralelas a la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible Río+20.
La ceremonia se celebró en una aldea llamada Kari-oca, instalada por los propios indígenas en una zona selvática en el barrio de Jacarepaguá de Río de Janeiro, a unos cinco kilómetros del centro de convenciones que acoge la Río+20, informó Efe.
Cuatro indígenas encendieron el fuego al atardecer, en un claro del bosque en la falda de una sierra, con palos y paja, ante decenas de asistentes que tocaban música con maracas y con flautas.
El líder maya Tata Pedro Cruz, procedente de Guatemala, afirmó que el fuego sagrado significa “el espíritu de Jau (dios) que está en cada persona” y supone un “mensaje de amor, de unidad y de hermandad”.
El jefe sioux Phil Jane, originario de Canadá, afirmó que “hoy es el día del cumplimiento de las profecías” en el que los pueblos que creen en la protección de la naturaleza “se van a levantar con un solo corazón”.