Policía allana inmueble donde se plagiaban libros

Los textos eran trasladados en cajas de manzana desde un domicilio en la zona Tahuantinsuyo hasta los puntos de venta de El Alto y Perú.


Los libros son expendidos en diferentes zonas de El Alto, La Paz e incluso el vecino país del Perú, de donde se cree llegó la capacitación para que la familia acusada pueda emprender este trabajo ilícito.

Efectivos policiales de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), realizaron ayer el allanamiento de un domicilio de la zona Tahuantinsuyo donde había sido instalada una imprenta clandestina destinada al plagio de libros nacionales e internacionales, según informó el coronel Félix Rocha, director de la entidad policial.

Las acciones eran encabezadas por un grupo familiar que fue investigado por la entidad policial ante la denuncia de los propios afectados de editoriales legalmente establecidas.

Asimismo, la acción de los uniformados contó con la presencia de la fiscal Verónica Vizcarra quien informó que al interior del domicilio particular se encontró maquinaria tecnológica aplicada para dicha actividad junto a libros que eran envueltos y transportados e cajas de manzana para evitar que sean descubiertos.

“En la actualidad se realiza una cuantificación del dinero que se utilizó para llevar adelante la falsificación de estos libros, porque como se ha podido evidenciar se encontraron una serie de textos que corresponden a varias empresas editoriales como Océano, entre otros”, explicó.

Por otra parte, la autoridad sostuvo que en el proceso se detuvo a Justina Salazar como una de las integrantes de esta red de falsificadores, pero anunció que las investigaciones continuarán para encontrar al resto de los integrantes de la red criminal. Agregó que no se descarta que estas personas hayan incluso enviado sus productos al exterior del país.

“Ella (la detenida) señaló que sería la encargada de la compaginación de los libros y que éste no sería el único lugar donde se realiza esta falsificación ya que se tienen varios talleres en la ciudad de El Alto que, al parecer, habrían sido capacitados para el uso de esta tecnología con la que podrían elaborar el plagio desde las hojas y las tapas de cada uno de los productos”, indicó la Fiscal.

“Al parecer el modelo es aplicado desde el Perú de donde se internan algunos productos acabados que están relacionados al plagio de libros”, agregó.

Asimismo, la acusada aseguró ser también la propietaria del taller confirmando que su entrenamiento habría sido realizado por un peruano, quien brindó todos los insumos y explicaciones teóricas para que se pueda llevar adelante este proyecto.

“Esta es casa de mi mamá, no es sólo mía, nosotros sólo trabajamos acá”, aseveró la detenida.

Entretanto, la Felcc no descartó la posibilidad de continuar con los procesos de allanamiento a otros domicilios donde se realizaría una actividad similar con la falsificación de libros, textos nacionales y peruanos, los cuales son enviados desde la ciudad de El Alto al Perú y viceversa generando una pérdida económica a las empresas editoriales legalmente establecidas.

De acuerdo con el Código Penal, “el que forjare en todo o en parte un documento público falso o alterare uno verdadero, de modo que pueda resultar perjuicio, incurrirá en privación de libertad de uno a seis años”.

Por su parte, la Ley 1322 de Derechos de Autor, en su título II de las Obras Protegidas, señala que “esta Ley protege los derechos de los autores sobre sus obras literarias, artísticas y científicas, cualesquiera que sean el modo o la forma de expresión empleado y cualquiera sea su destino; ella comprende especialmente a los libros, folletos, artículos y otros escritos (…)”.

Según esta norma, las sanciones penales por plagio y otras infracciones o violaciones al Derecho de Autor configuradas, serán establecidas por el Código Penal en su artículo 362.

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