Después de los “Juegos de la Austeridad” en Londres, en Helsinki 1952
Los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, conocidos oficialmente como Juegos de la XV Olimpiada, se celebraron en Helsinki (Finlandia) entre el 19 de julio y el 3 de agosto de 1952. Participaron 4.955 atletas (4.436 hombres y 519 mujeres) de 69 países, que compitieron en 149 competiciones de 17 deportes.
La ciudad de Helsinki ya estuvo a punto de organizar los Juegos Olímpicos de Verano de 1940 en sustitución de Tokio, que tuvo que renunciar a ellos por el transcurso de la Segunda Guerra Chino-Japonesa. Sin embargo, la edición de 1940 se suspendió por culpa de la Segunda Guerra Mundial, que había estallado meses antes. Con la elección sin votación de Londres para los Juegos de 1948, Helsinki presentó su candidatura para los de 1952.
Esta fue la primera edición en la que los portadores del fuego olímpico llevaban una antorcha especialmente diseñada para la ocasión. En los Juegos Olímpicos de 1936, edición en que se instauró la tradición de la antorcha olímpica, y en los de 1948, era habitual que los portadores de la llama olímpica llevaran su propia antorcha, y después de traspasar el fuego se la quedaban de recuerdo. El Comité Organizador quiso cambiarlo, y para la XV Olimpiada encargó un pequeño número de antorchas creadas específicamente para esta ceremonia. En total, se recorrieron 7.870 kilómetros con la antorcha, hasta llegar al Estadio Olímpico de Helsinki, donde el atleta Paavo Nurmi encendió el pebetero.
Después de 40 años de ausencia voluntaria, la Unión Soviética volvió a competir en los Juegos Olímpicos, en pleno desarrollo de la Guerra Fría, en la que los soviéticos estaban enfrentados con Estados unidos. También volvieron Alemania y Japón, luego de no participar en Londres 1948 por la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de la participación soviética, Stalin se negó a que la antorcha olímpica pasara por territorio soviético, y los delegados del país, junto a algunas federaciones de órbita comunista, se negaron a que sus atletas residieran en la Villa Olímpica de Käpylä, por lo que tuvo que habilitarse una segunda villa en Otaniemi.
El estadio olímpico que se usó fue el Estadio Olímpico de Helsinki (en finés, Helsingin olympiastadion), inaugurado oficialmente en 1938,10 con capacidad en esas fechas para 50.000 espectadores. Dentro del recinto, se instaló un pebetero, un marcador electrónico, y se remodeló la pista de atletismo y las instalaciones.
Helsinki 1952 destacó por ser la edición donde más récords olímpicos y mundiales se batieron, marca que no fue superada hasta los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
La locomotora humana. La reputación del checoslovaco Emil Zatopek no admitía réplica en los Juegos de Helsinki: campeón olímpico de los 10.000 metros en 1948, mejor corredor de su época y poseedor del récord de la hora. Si ganar los 5.000 y los 10.000m ya constituía en sí una hazaña, los Juegos de 1952 no hicieron más que confirmar su inmenso talento. Zatopek se alzó con tres títulos en una semana. Primero se adjudicó los 10.000m sin dificultad, con 15 segundos de ventaja sobre el francés Mimoun. Los dos corredores se batieron en un reñido duelo en la prueba de los 5.000m, pero finalmente, y tal y como reflejaba la foto finish, se impuso Zatopek. Sin embargo, su objetivo principal era ganar la maratón, que se disputaría tres días más tarde y que el checo no había corrido nunca. Zatopek se mantuvo durante más de veinte kilómetros en cabeza de la maratón, no dando opción alguna a sus rivales. Finalmente, venció la prueba, consiguiendo la mejor marca olímpica, 2h23’03 “Ha sido la carrera más fácil de toda mi vida deportiva”, dijo tras terminar la prueba.
Zatopek no pudo hacer realidad su sueño de conseguir un triple título en 1956; sólo seis semanas antes de los Juegos, se había sometido a una operación de hernia y tuvo que conformarse con la sexta posición en la maratón.
EMOTIVO
Jean Boiteux fue el primer francés en ganar una medalla de oro en natación, al imponerse en la prueba de los 400 metros libres, con el tiempo de 4:30,7 rebajando los topes olímpicos y mundiales. La victoria de Jean provocó en su padre, Gastón Boiteux, una alegría tan intensa, que tiempo le faltó para saltar al agua, vestido de calle y la típica boina francesa puesta, para abrazar a su hijo. La fotografía con los dos abrazados con el agua al cuello, dio la vuelta al mundo.
CONTRA CUALQUIER OBSTÁCULO
La danesa Lis Hartel fue la protagonista de uno de los ejemplos más emotivos de los Juegos de que no hay límites para la superación de las personas, cuando ganó la medalla de plata en la prueba ecuestre de doma. Debido a una poliomielitis, sufría una parálisis casi total desde las rodillas hacia abajo, y entre otras cosas precisaba ayuda para subir y bajar del caballo, y le costaba caminar. Cuando subió al podio para recibir la presea de plata, lloró de emoción por el premio recibido a tanto esfuerzo y sacrificio.
EL SUEÑO DE PAPÁ
Otro dato curioso y digno de conocerse, se refiere al estadounidense Hill Havens, que en los Juegos de 1924 en París, pese a ser seleccionado, renunció a participar para estar al lado de su esposa, que estaba a punto de dar luz a su primer hijo. Este niño, Frank Havens, alcanzó 28 años más tarde, aquel galardón que su progenitor aspiraba a ganar en la capital francesa, al imponerse en la prueba de canotaje individual en los Juegos de Helsinki.
Países: 69
Fecha: 19 de julio al 3 de agosto
Disciplinas: 149
Atletas: 4.955
Primero: Estados Unidos
Oro: 40 Plata: 19 Bronce: 17
Segundo: Unión Soviética
Oro: 22 Plata: 30 Bronce: 19
Tercero: Hungría
Oro: 16 Plata: 10 Bronce: 16
Cuarto: Suecia
Oro: 12 Plata: 13 Bronce: 10
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