Yatiris en La Haya

Si de algo debo agradecer al actual Gobierno es de la amistad que he forjado con varios yatiris, curanderos y “paspacus” (léase charlatanes) a lo largo de estos últimos siete años, desde que comencé a frecuentar el naiclú “Malena” en la ciudad de El Alto, cuando abandoné el Bar Chuma, situado en la Avenida Camacho.

Todo el contenido en el párrafo anterior se lo dije a mi Directora Espiritual y Benefactora Financiera, quien estuvo de acuerdo con mis palabras, agregando de su propia cosecha que gracias a los yatiris, curanderos y charlatanes podemos conocer muchos secretos gubernamentales, pues nuestros nuevos amigos se hallan instalados en calidad de Asesores en el Palacio de Gobierno, la Cancillería y el Ministerio de Economía y Finanzas, además del Ministerio de Transparencia Cristalina.

Mi comadre cochabambina me hizo recuerdo que fue gracias a nuestro amigo curandero Huayruru que conocimos primicialmente el viaje de nuestro amado Evo a Roma y a La Haya, aunque el curandero nos hubiera contado que viajaba a “La Haiga” y sigue sosteniendo que el fundador del APRA peruano fue Víctor Raúl Haiga de la Torre, mientras el yatiri nos refriega en las orejas que “haigan opositores o no haiga oposición Evo irá a la segunda reelección...”.

Fue el yatiri Huayruru quien nos contó anoche en el “Malena” la feliz actuación que tuvo en la ciudad de La Haya, cuando acompañó al presidente Evo durante la visita del primer mandatario a la ciudad donde se encuentra el célebre Tribunal de Justicia Internacional.

Con la sinceridad que le honra nos manifestó que él no acompañó a Evo en su visita al presidente del Tribunal, pues Evo prefirió ir solo al ruedo, aunque con traductores, pues el holandés es tan difícil que más que un idioma parece ser una enfermedad de la garganta.

Huayruru nos dijo: “con todo respeto debo decirles que la conversación entre nuestro presidente Evo y el presidente del Tribunal de “La Haiga” no tuvo gran importancia porque la demanda boliviana en contra de Chile aún no ha sido presentada legalmente, lo más trascendental de la gestión boliviana fue nuestra actuación de yatiris (brujos andinos) cuando en la noche anterior Calimán, Titirico y yo procedimos a “milluchar” el edificio del Tribunal de “La Haiga”, o sea rociar la sala de sesiones del Tribunal con agua de Tiwanaku y pisco boliviano, para luego encender una k’oa con hierbas y esencias nativas para lograr que la demanda boliviana sea aprobada y retornemos al Pacífico que perdimos en la guerra contra Chile”.

El relato del yatiri Huayruru nos conmovió y sobre todo nos convenció de que la Pachamama podrá reparar todas las injusticias del mundo, comenzando -claro está- con las muchas injusticias que vivimos en Bolivia.