La seducción del dinero atrapa a las jovencitas

El primer anzuelo es un buen sueldo, buenas condiciones de trabajo y salir al exterior. Los medios utilizados son las publicaciones de prensa, los volantes y el convencimiento en el primer encuentro. “Te va a ir muy bien”, suelen decirles a las cándidas jovencitas urgidas de trabajo.

Basta citar un caso: la policía peruana reportó la existencia de bolivianas en boliches o centros nocturnos. Las cholitas bolivianas van a regiones mineras de Perú, donde su presencia es cotizada porque dicen que son más atractivas y además contactarse con ellas no es muy caro. “Dicen que sus servicios cuestan dos soles, al cambio representa como cinco bolivianos” revela una de las informantes. También hay casos de explotación sexual de víctimas menores de edad en Europa.

La trata y tráfico de personas creció de forma alarmante en los últimos 10 años en Bolivia, en su mayoría se refleja casos relacionados con la explotación sexual de adolescentes, cuyas edades fluctúan entre los 13 a 17 años. El departamento de La Paz, se constituye en la región receptora de víctimas provenientes de Santa Cruz y Beni.

La información fue revelada por la responsable de Género del Centro de Capacitación y Servicio para la Mujer, (Cecasem) Jessica Velarde, quien explicó que esta clase de delitos ya comenzó a hablarse a partir del año 2000 debido al incremento del número de casos y por los acuerdos surgidos para luchar contra la delincuencia organizada.

“Es lamentable lo que ocurre en país con este flagelo. Para las organizaciones delincuenciales es más lucrativo retener a niñas y adolescentes para venderlas; estamos hablando de niñas de 13 años de edad que ni siquiera tienen el cuerpo formado, hay otras que oscilan entre los 17 y 18 años, a estas personas las ceden 20 ó 30 veces al día”, puntualizó.

En ese marco, especificó que hay un 90 por ciento de casos denunciados de trata y tráfico, constituyéndose en una actividad muy lucrativa. Los tratantes capturan a las menores por diferentes medios, entre ellos, agencias de empleo, y las derivan al comercio sexual, donde son privadas de libertad, En tanto, en el tema del tráfico, los traficantes trasladan a las víctimas hasta las fronteras con otros fines.

“El delito de la trata es el que lacera al ser humano, porque se utiliza a la persona como objeto y mercancía, obteniendo dinero a su costa, en cambio en el tráfico estamos evadiendo normas migratorias que no afecta tanto al ser humano como ocurre con la trata de personas. Ahí radica la diferencia entre ambos delitos”, argumentó.

Reveló que en la actual gestión en menos de seis meses se reportaron 94 casos en todo el territorio boliviano, y la mayor cantidad de casos se reportan en La Paz, Santa Cruz y Cochabamba.

Asimismo, mencionó que en la gestión 2008, según reportes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), en el país se registró un total de 220 casos de trata de personas y 15 de tráfico. En tanto, en la gestión 2009 las cifras se incrementaron a 286 casos de trata y 17 de tráfico.

En ese sentido, señaló que en la gestión 2010 hubo una disminución de al menos 30 denuncias, siendo el total 256 casos, y en la gestión 2011, hubo un reporte de 205.

Otro de los datos importantes que reveló Velarde, es que en los últimos cinco años hubo un total de 1.000 casos denunciados de trata, de los cuales sólo cinco tratantes fueron sentenciados.

Añadió que las cifras denunciadas representan un alto porcentaje, pues en muchos casos existen víctimas que deciden no levantar la denuncia por posibles represalias de las redes organizadas de tratantes que se encargan de amenazar a la víctima e incluso a sus familias, para quedar en la impunidad.

“Hubo más de mil denuncias en cinco años que, lamentablemente, no han llegado a un término más alto como debería ser, pues las víctimas no hicieron la denuncia por miedo a represalias, justamente porque conocen que los traficantes manejan redes organizadas”, dijo.

Informe: Laura Maldonado.