Los grupos están reglamentados para que no se dañe a otros ciudadanos

Las brigadas vecinales son regidas por una normativa de seguridad ciudadana con la finalidad de que las mismas se enmarquen en la prevención de manera legal sin afectar derechos de terceros, afirmó el viceministro de Seguridad Ciudadana, Miguel Vásquez.

Según información de la autoridad, las organizaciones vecinales para combatir el crimen tuvieron su inicio en la gestión del exalcalde alteño José Luis Paredes, donde se conformó el Serenazgo Vecinal que tenía la posibilidad de mantener un control nocturno de la calle o zona a cargo de tres o cinco personas, quienes tenían la posibilidad de pedir auxilio y retener a algún sospechoso que fuera encontrado merodeando en el sector.

De acuerdo con Remigio Mamani, vecino de Río Seco, dicha organización fracasó ante la imposibilidad de ser financiada por el Municipio a pesar de que se ofreció un salario mínimo para quienes asumieran esa función y llegaran a ser capacitados por la Comuna.

“Ocurre que en esa época la delincuencia se expandió y para controlar las zonas, ante la ausencia de efectivos policiales y motorizados que recorran los diferentes barrios alejados, se crearon los Serenazgos Vecinales, pero los vecinos buscaban que se les cancele un sueldo antes de ejercer esa función y como no había recursos el plan fracaso”, explicó el Viceministro.

Sin conocer sobre la existencia de alguna normativa que regule el trabajo del Serenazgo, en la actualidad las Brigadas Vecinales fueron creadas para, principalmente, disminuir los índices delincuenciales, bajo un reglamento que determina que en primera instancia los policías capacitados deben integrarse a la comunidad e identificar líderes voluntarios en cada cuadra. Éstos serán orientadores ante cualquier emergencia y podrán llamarse también coordinadores de cuadra”.

En segundo lugar, las Brigadas Vecinales de Seguridad deberán estructurarse espontánea y voluntariamente a partir de la intención de apoyar a la Policía Boliviana. Asimismo, los policías, junto a la comunidad, procederán a identificar los problemas de inseguridad de cada cuadra o del barrio y diseñarán acciones para solucionar los problemas de inseguridad ya identificados.

Como cuarta regla, estas organizaciones deben enseñar y comprometerse con la comunidad, para proteger su seguridad e incentivar el compromiso y responsabilidad social.

Por último, los vecinos participantes de las brigadas deben vincular a los diferentes sectores que interactúan en la comunidad, logrando la integración entre los vecinos de un sector o una cuadra.