Hoy…les pido un favor

Creo que todos recordamos y nos preocupamos de guardar recuerdos en la caja de nuestros tesoros más preciados, el día o los eventos importantes en nuestras vidas. Estos días importantes los valoramos y los vamos cosechando a medida que pasan los años, mientras más cumpleaños acumulamos, con seguridad tendremos más primeros días para atesorar. Con varias canas encima nos acordamos el día que fuimos al cine con la enamorada, el día que aprendimos a conducir, el día que salimos solos de noche, el día que con nuestro sueldo le compramos algún regalito a la viejita, el día que propusimos matrimonio, el día que fuimos papás y cosas por el estilo.

Uno de los días importantes en mi vida sin lugar a dudas fue el comenzar en EL DIARIO, el desafío lo sentía y es inmenso, la responsabilidad de plasmar con extrema precisión las noticias deportivas me trasladaba a manejar una infi nidad de nombres que podrían, junto a Winston Barrientos, llevar adelante esta empresa, lo complicado de estas coyunturas es encontrar gente que encaje perfectamente en la visión que uno tiene como director y como cara visible de este trabajo de muchos; es decir, que la gente que uno piensa que va a funcionar esté justo sin trabajo o trabajando con ganas de cambiar de rumbo o algo parecido.

El primer día en la redacción del periódico fue más que gracioso, como productora pensamos que ese miércoles 1 de febrero de este año íbamos a realizar lo que en prensa se conoce como número cero, el mismo sirve para ir midiendo, calculando y calibrando una serie de detalles, calcular tiempos para ver cuánto se tarda en redactar, insertar títulos, calibrar el color de fotos a color y blanco y negro, medir cantidad de palabras y caracteres para los espacios ya designados en el diseño aprobado de todas y cada una de las páginas del suplemento, aparte de coordinar con fotomecánica los contrastes antes que ingrese a imprenta. Este número cero no sale a las calles, es una prueba en tiempo real, a partir de esta prueba se ajusta lo que los expertos piensan que se deba ajustar, se realiza una segunda y hasta una tercera prueba, si el caso amerita, y se sale al ruedo. Esa noche nos presentaron ante nuestros compañeros de redacción e ingresamos a la ofi cina designada, hasta ahí todo bien… estábamos preparados. El arq. Fernando Mendoza nos desea suerte y suelta como comentario que teníamos que entregar el material antes de las 11 de la noche porque sino se retrasaba toda la impresión de los demás cuerpos. ¿Cómo? Fue la pregunta inmediata. ¿Salimos mañana? la respuesta fue positiva y tuvimos que meterle a lo macho nomás, ese día. Ese primer día me acompañaron los que, cotidianamente, venimos remando en este mar picado.

Uno de ellos Ronald Jiménez se puso en primera línea desde el principio, mostró la hilacha, como dicen, desde el primer día. Conocedor de fechas, resultados y nombres se convirtió en un aporte ideal para cumplir el sueño de todos. Estudiante de comunicación con 23 añitos, ayer fue atropellado en la calle Sucre al mediodía, la estaba yendo a buscar a su hermanita a la escuela. Está internado en la Clínica Aranda en terapia intensiva luchando para salir de un coma profundo. Nuestra redacción está en silencio, con pena, esperando un milagro. En este espacio era imposible escribir otra cosa y le pido que me dé una manito…rece mucho, para que lo tengamos de vuelta, y si no es mucho pedir, que sea pronto.