Norte de La Paz:
Edgar Ruiz Botello y Marwin Ruiz Botello
La palabra incienso proviene del latín incendoere que significa encender, quemar, incendiar, prender fuego, iluminar. El incienso es una resina aromática vegetal que al arder desprende un humo fragancioso característico.
El incienso es utilizado con fines religiosos, terapéuticos y estéticos. Se cree que su humo nos pone en contacto con los dioses. Antiguamente en China y Japón se lo empleaba en la adoración de las deidades hindúes. Asimismo se usa en el budismo. La Iglesia Católica lo aprovecha en la eucaristía (misa), procesiones y otros. La Iglesia Ortodoxa también usa el incienso. En Bolivia se lo compra por ejemplo en la Ceja de El Alto y se lo destina para las koas (pagos), challas y diferentes sahumerios de las fiestas religiosas, destinadas principalmente al agradecimiento y peticiones a la Pachamama (Madre Tierra). En 1687 las misiones de Apolobamba reportaron por primera vez en lo que hoy es Bolivia, la utilización del incienso en las ceremonias andinas.
El incienso es colocado generalmente en un receptáculo llamado incensario (bracero), sobre carbón vegetal encendido, y la resina es quemada y ventilada para propagar su aroma.
El incienso pertenece al género botánico Boswellia, así tenemos en China el aprovechamiento de Boswellia sacra, en la India Boswellia serrata y en África del Norte a Boswellia carterii.
Acerca del nombre del incienso, los hebreos lo llamaban “lebonah”, los griegos “libanos”, los árabes “luban” y los romanos “olibanum”. En todos los idiomas significa lo mismo, “leche”, por el aspecto de la resina en el instante en que brota del árbol.
En Bolivia existen plantaciones silvestres de incienso al sur de la provincia Franz Tamayo en el departamento de La Paz, mas propiamente a 16 horas de caminata a través de la selva a partir de las comunidades incienseras de Huaratumo, Curiza, Atén, Pucasucho, Asariamas (en las orillas del río Tuichi) y otras. El incienso en Bolivia está ubicado en un bosque húmedo de montaña, con neblina, de 1.900 a 2.200 metros sobre el nivel del mar.
Al incienso que existe al sur de la provincia Franz Tamayo se lo clasificó con el nombre científico de Clusia pachamamae.
Recordemos que las movilidades parten hacia Apolo todas las tardes de la zona de Chijini (en La Paz) y después de un viaje de 14 horas llegan a Apolo. De Apolo se contrata un taxi y en 2 horas se llega hasta Atén. De Atén se continúa el viaje en una movilidad 4 x 4 (para lograr atravesar en época de secas el río Tumo) por 2 horas más, arribando a la comunidad de Huaratumo. De Huaratumo, utilizando guías, se continúa el viaje a pie durante 16 horas y así se llega a los incien
sales (dentro del Parque Madidi) que son árboles con un diámetro promedio máximo de 20 centímetros. En el hábitat del incienso existen serpientes.
Para la explotación del incienso primeramente se ubican los árboles con un diámetro mínimo de 10 centímetros, en la selva, dentro del “rumbeo” (posesión de árboles de cada familia). Luego con la ayuda de un machete, se realizan como máximo 3 cortes (picadas) diagonales de 5 centímetros de largo, en las cortezas de cada árbol de incienso, teniendo cuidado de no dañar la parte central del árbol. De esta manera con el tiempo la resina que circula por la corteza del árbol, sale al exterior y se solidifica. Posteriormente se realiza la recolección del incienso (resina solidificada) cada 6 meses. El incienso hasta 1999 era transportado desde cada comunidad recolectora hacia Apolo en mulas, actualmente se lo hace en vagonetas (taxis) o camionetas. Finalmente es comercializado en Apolo.
Hasta hace unos años existía la “Asociación de Recolectores de Incienso MadidiApolo (ARIMA)” en Apolo, cuya principal meta era tener un “plan de manejo de los inciensales”. Según algunos estudiosos el año 2007 la libra del incienso en “granzas” o “chaparras” (grandes) tenía un precio de 25 bolivianos en la comunidad de Huaratumo y 150 bolivianos la libra, en la ciudad de La Paz. Asimismo extraoficialmente indican que la producción estimada promedio dentro de la provincia Franz Tamayo es de 600 quintales de incienso por año.
Existen principalmente 2 tipos de incienso, el “guía rojo” y el “guía amarillo”. El “guía rojo” tiene mayor precio porque es más grande, de coloración rojiza y emite más fragancia.
El rescate del incienso se realizaba en primer lugar en cada comunidad inciensera, en segunda instancia en Atén y finalmente en la localidad de Apolo.
Los comunarios recolectores del incienso, con la venta del producto, obtienen dinero que les sirve mucho en su economía. Actualmente se busca la manera de obtener un “valor agregado” para el incienso (elaboración de velas, etc.).
Cerca a los árboles de incienso, también crecen los arboles de copal (Protium montarum) cuya resina también sirve para realizar sahumerios. El precio del copal es mucho más bajo en relación al incienso.
Antes de 1977 cuando no existía el camino carretero hacia Apolo, una parte mínima del incienso salía rumbo a la ciudad de La Paz en avión desde la pista de Apolo, por ejemplo en el avión bimotor, de fabricación israelí, denominado Arava de propiedad del Estado Boliviano.
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