Segunda guerra mundial:
El bombardeo aéreo fue la única forma que tuvieron Gran Bretaña y EEUU de contraatacar a Alemania que amenazaba con expandir su dominio por todo el mundo. Mientras se preparaba la invasión de Europa, los aliados sufrieron grandes pérdidas de casi el 50% de los aviones de combate, pero a medida que se fueron mejorando las tácticas de ataque y la maniobrabilidad de los aviones, las misiones de bombardeo fueron más precisas y devastadoras.
El bombardero B-17G norteamericano, cumplió durante la Segunda Guerra Mundial un papel decisivo para la victoria de los aliados sobre Alemania. También tuvo un excelente performance en el Pacífico, el Medio Oriente y en el Lejano Este.
Esta fortaleza volante surcó los cielos por primera vez en 1935, como un prototipo del Boeing 299. Al estallar la guerra la nave fue equipada con ametralladoras gemelas en la parte inferior de la nariz, en la parte superior, en la panza y en la cola. Podía llevar 2.724 kg de bombas. También las dos puertas laterales estaban artilladas por otras dos ametralladoras calibre 50.
El B-17G podía alcanzar una velocidad máxima de 462 km/h. Tenía una longitud de 22.8 metros. Envergadura, 31.6 metros. Su tripulación estaba compuesta de 6 a 10 hombres.
Pasada la guerra las fortalezas volantes B-17G fueron destinadas para uso civil: cargueros, rescate, y para combatir incendios forestales.
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